Conducirás tu propio coche deportivo por los legendarios pasos de los Dolomitas, guiado por un local que marcará el camino. Prepárate para paisajes que te dejarán sin aliento, paradas auténticas para comer y muchas oportunidades para respirar el aire puro de la montaña—sin preocuparte por la navegación ni perderte rincones secretos.
El aire de la mañana se sentía fresco cuando nos reunimos justo a las afueras de Bolzano—café en mano, motores ya rugiendo. Nuestro guía, Marco, nos llamó con una sonrisa y repartió los roadbooks digitales. Se olía el pino en la brisa y, sinceramente, estaba deseando arrancar. Partimos en un pequeño convoy compacto, serpenteando por esas primeras curvas suaves que anticipan lo que viene.
Primera parada: Lago Carezza. El agua tiene un tono verde-azulado irreal, casi como un espejo si llegas antes de que lleguen las multitudes. Recuerdo escuchar cencerros de vacas cerca—la banda sonora clásica de la montaña. Tras estirar un poco las piernas y hacer algunas fotos (no pude resistirme), afrontamos el Paso Costalunga. Aquí la carretera se vuelve más retorcida; sientes cada giro al volante de tu propio coche.
Después llegó el Paso Fedaia y su lago—la nieve aún se aferraba a las cumbres a pesar de ser finales de primavera. Nuestro guía señaló el glaciar Marmolada a lo lejos. El almuerzo fue en un pequeño lugar escondido cerca del paso—sin menús sofisticados, solo comida local contundente y risas que resonaban alrededor de mesas de madera.
La tarde nos llevó hasta el Paso Giau. La vista te golpea de golpe—picos afilados por doquier, pero también una quietud difícil de describir si no la has vivido en persona. Luego cruzamos los pasos Campolongo y Gardena; cada uno con su propio ritmo y carácter. A media tarde, ya regresábamos hacia Bolzano, con el sol empezando a esconderse tras las crestas.
¡Para nada! Cualquier coche deportivo o vehículo en buen estado sirve—las carreteras están asfaltadas pero son muy sinuosas.
El almuerzo no está incluido en el precio, pero nuestro guía recomienda excelentes lugares locales en la ruta donde puedes pedir lo que prefieras.
La ruta comienza por la mañana cerca de Bolzano y termina a media tarde—planea un día completo fuera.
¡Sí! El ritmo es relajado y nuestro guía mantiene al grupo unido—sin carreras ni prisas.
Tu roadbook digital estará listo antes de que llegues. El café corre por nuestra cuenta en el punto de encuentro para empezar con buen pie. Un guía local privado te acompañará durante todo el recorrido—tú solo concéntrate en conducir y disfrutar de esas vistas de montaña.
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