Sube a bordo en Olbia y navega junto a los acantilados de granito de Capo Ceraso antes de hacer snorkel en las aguas cristalinas de Molara y Tavolara. Un guía local comparte historias mientras nadas con peces y descansas en playas de arena blanca. Disfruta un aperitivo con queso y embutidos sardos antes de regresar — un día que recordarás cada vez que huelas el mar.
En cuanto subimos al barco en el puerto de Olbia, me invadió ese olor a crema solar y sal marina — esa mezcla siempre me transporta a los veranos de mi infancia. Nuestro guía, Marco, tenía una forma de ser tan natural, como si llevara años haciendo esto pero aún disfrutara señalando las formas curiosas en los acantilados de granito de Capo Ceraso. Llamó a una roca “el elefante”, aunque para mí parecía más un perro dormido. El mar tenía ese azul tan peculiar que solo ves en Cerdeña — casi irreal, pero real cuando te asomas y dejas que tus dedos acaricien el agua.
La primera parada fue cerca de Tavolara, donde la isla emerge de repente del mar. Saltamos al agua de inmediato — más fría de lo que esperaba — y me entró un poco de agua salada porque olvidé cómo usar el snorkel por un momento (Marco se rió y me dio un consejo para morder la boquilla). Peces por todos lados, destellos plateados que se movían alrededor de mis piernas. Alguien dijo que vio un pulpo, pero yo no lo vi; todavía me arrepiento de eso. La luz cambió cuando nubes pasaron sobre Molara, haciendo que las piscinas parecieran casi verdes por un instante.
Después de nadar, nos acercamos a unas playas diminutas con arena tan fina que se pegaba a todo — aún hoy encuentro granitos en mi mochila. Había una cueva que Marco llamó “el oído de Ulises” (probablemente escuché mal), con un eco impresionante y fresca, perfecta para aliviar mi espalda quemada por el sol. Más tarde, nos preparó un aperitivo: queso pecorino, un tipo de embutido, y pan que crujía como hojas secas en otoño. Comimos con los pies colgando mientras las gaviotas chillaban arriba — no sé si era por la comida o por estar ahí después de nadar toda la mañana, pero sabía mejor que cualquier cosa en casa.
No esperaba sentir tanta calma flotando ahí después de comer, viendo cómo los acantilados de Tavolara se teñían de rosa con la luz del atardecer mientras todos hablaban en voz baja o se quedaban dormidos. Fue como si nos hubieran dejado entrar en un secreto por unas horas — y de repente ya estábamos volviendo a Olbia, con el pelo enredado por la sal y la piel tirante por el sol. Sigo pensando en esa vista mientras nos alejábamos; tal vez la próxima vez logre ver ese pulpo.
El tour dura varias horas con tres paradas principales para nadar o hacer snorkel antes de volver al puerto de Olbia.
Sí, todo el equipo de snorkel está incluido en el tour.
Incluye un aperitivo con productos típicos sardos y bebidas como agua, té o zumo durante una de las paradas.
El barco parte desde Marina di Olbia.
No se permite la participación de niños menores de tres años.
No, por espacio solo se permiten bolsas pequeñas.
Sí, hay parking gratuito en Marina di Olbia para los que hacen el tour.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de Marina di Olbia.
Tu día incluye parking gratuito en el puerto de Olbia, todas las tasas y entradas pagadas, uso de equipo de snorkel en cada parada en Tavolara y Molara, y un guía naturalista experto que comparte historias locales durante el recorrido. También disfrutarás un aperitivo con productos típicos sardos — queso, embutido, pan — y bebidas como agua o zumo antes de regresar por la tarde.
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