Vive una auténtica experiencia en la cocina de Sorrento frente al mar, aprende a hacer pasta fresca desde cero, enrolla raviolis y prepara tiramisú clásico junto a locales. Disfruta un almuerzo con vino mientras las olas rompen abajo y las historias se comparten alrededor de la mesa—un recuerdo que te quedará para siempre.
Casi perdemos el minibús—resulta que “a la vuelta de la esquina” en el tráfico de Sorrento es otra historia. Pero llegamos, un poco agitados, y nuestra guía Rosa solo sonrió y me ofreció una copa de Prosecco antes de que pudiera disculparme. El restaurante estaba justo sobre el agua, con azulejos azules y esa brisa salada colándose por las ventanas abiertas. Ya olía a ajo por ahí, lo que me pareció buena señal.
Ponerme el delantal fue más nervioso de lo que esperaba—nunca había cocinado fuera de mi cocina, y menos con gente mirando. Rosa nos enseñó a mezclar la harina para hacer fettuccine (no tenía idea de que había tantos tipos), y con paciencia me corregía la técnica de la masa. Igual terminé con harina en los jeans. Hubo un momento mientras estirábamos raviolis en que sonó una canción italiana antigua en el móvil de alguien—todos empezamos a tararear sin darnos cuenta. No parecía una clase, sino una gran reunión familiar.
La palabra clave aquí es “clase de cocina en Sorrento,” pero lo que más me quedó fue que nadie tenía prisa. Preparamos tiramisú juntos (aún recuerdo lo ligero que era ese mascarpone), y luego nos sentamos en una mesa larga con vistas al mar—platos de pasta, copas de vino tinto chocando, risas por los raviolis con formas irregulares. Rosa sirvió otra ronda y nos contó el truco de su abuela para la salsa de tomate perfecta; no recuerdo bien, pero lo anoté en una servilleta por si acaso.
No esperaba sentirme tan en casa con gente que acababa de conocer—ni salir oliendo a salvia y café en polvo. Sorrento tiene ese efecto, supongo. En fin, si buscas una excursión que no sea solo ver lugares, sino ensuciarte las manos (literalmente), esta es la tuya.
Sí, el precio incluye un corto viaje en minibús desde el punto de encuentro hasta el restaurante.
Prepararás fettuccine con salsa de tomate, raviolis de ricotta y espinacas con mantequilla y salvia, y el clásico tiramisú.
Sí, después de cocinar te sentarás a almorzar los platos de pasta hechos por ti y el tiramisú.
Al llegar te reciben con una copa de Prosecco; durante el almuerzo se sirven vino tinto y blanco para mayores de 18 años.
La clase es en un restaurante local junto al mar en Sorrento, a un corto trayecto desde el punto de encuentro central.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de encuentro para mayor comodidad.
Tu experiencia incluye traslado en minibús desde un punto central en Sorrento, todos los ingredientes y utensilios en un restaurante frente al mar, guía paso a paso de chefs locales para preparar dos tipos de pasta fresca y tiramisú, copa de Prosecco de bienvenida, almuerzo o cena con vino tinto y blanco servido en mesa, y regreso satisfecho (y quizá aún con harina en la ropa).
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