Navega al atardecer por la península de Sirmione con un guía local, pasando por el Castillo Scaliger y ruinas romanas mientras disfrutas un Prosecco frío en cubierta. Observa el vapor del spa Aquaria y las burbujas de la Fuente Sulfurosa Boiola bajo la luz dorada del lago Garda — una experiencia tranquila, sorprendente y que te deja queriendo más tiempo en el agua.
No esperaba sentirme tan pequeño mientras navegábamos junto al Castillo Scaliger — esas gruesas paredes de piedra justo al borde del agua, bañadas por el sol dorado del atardecer. Nuestro pequeño grupo subió al barco justo cuando los últimos turistas salían de las estrechas calles de Sirmione. El capitán (Marco, que es de aquí) sonrió y empezó a repartir copas frías de Prosecco. Intenté hacer una foto, pero sinceramente no captó ese aroma a azufre y agua fresca que flotaba en el aire. Algo raro, pero nada desagradable.
Navegamos despacio por la península, pasando por Villa Maria Callas — Marco nos señaló su antiguo balcón y contó que ella amaba tanto este lugar que vivió aquí años. Casi podía imaginarla escuchando el lago por la noche. Luego vimos el spa termal Aquaria; el vapor subía en suaves remolinos aunque aún hacía calor. En la terraza, una pareja saludaba con toallas envueltas. Alguien bromeó con lanzarse al agua, pero nadie se movió.
En un momento bajamos la velocidad donde burbujas rompían la superficie — la Fuente Sulfurosa Boiola, dijo Marco. El olor se intensificó un instante (no voy a mentir, me recordó a huevos cocidos), pero luego se desvaneció mientras nos acercábamos a la punta de Sirmione. Ahí están las antiguas ruinas romanas, dominando el paisaje. Me quedé sentado con mi copa, dejando que todo entrara — piedras milenarias bañadas en luz rosa, el agua rozando suavemente el casco. A veces todavía recuerdo esa vista.
El paseo terminó bajo el puente levadizo del Castillo Scaliger — esta vez desde otro ángulo, con sombras alargándose sobre el lago. Había un perro a bordo que ladró una vez al pasar por debajo; todos nos reímos y fue perfecto. Bajamos con las copas vacías y las manos pegajosas de tanto brindar, sin muchas ganas de irnos todavía.
No se especifica la duración exacta, pero normalmente el tour recorre todos los puntos principales de la península antes de volver al inicio.
Sí, a cada pasajero se le ofrece una copa de Prosecco durante la hora dorada a bordo.
Sí, los perros pequeños son bienvenidos en este paseo al atardecer.
Si las condiciones climáticas impiden realizar el tour, puedes cambiar la fecha o recibir un reembolso completo.
El tour parte cerca del Castillo Scaliger (Castello Scaligero), que también es el punto de regreso.
Los bebés y niños pequeños pueden subir; los bebés deben ir en el regazo de un adulto o en cochecito.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de Sirmione y el Castillo Scaliger.
Se requiere un mínimo de 10 participantes para confirmar el tour; se recomienda reservar con tiempo, especialmente en temporada alta.
Tu tarde incluye un paseo guiado en barco por la península de Sirmione con paradas en el Castillo Scaliger y ruinas romanas, además de una copa fría de Prosecco durante la hora dorada. Se admiten perros pequeños y bebés acompañados; puedes cambiar la fecha o pedir reembolso si el clima cambia tus planes.
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