Sube a un barco pequeño en Siracusa para un paseo tranquilo por la costa antigua de Ortigia y sus cuevas marinas escondidas. Con tiempo para hacer snorkel en las aguas cristalinas de Sicilia y las historias de un guía local, sentirás la sal en los labios y compartirás risas con fruta fresca antes de regresar — momentos que seguro recordarás más tiempo de lo que imaginas.
“¿Has visto alguna vez un agua tan transparente?” Eso fue lo primero que dijo nuestro guía, Andrea, justo cuando zarpamos del pequeño muelle en Siracusa. Yo aún intentaba pronunciar bien “Ortigia” — Li se reía cada vez que lo intentaba (creo que al final me salió mejor). El sol ya calentaba mis hombros y ese olor a sal que te golpea apenas te alejas del puerto. El barco no era lujoso, pero encajaba perfecto con el lugar: pintura blanca desconchada, cuerdas ásperas al tacto. Navegamos junto a viejos edificios de piedra que se aferraban al borde de Ortigia, con ropa tendida que parecía una señal secreta al viento.
Andrea no paraba de contar historias — al parecer, ese arco que pasamos es más antiguo que muchos países (lo dijo tan de pasada que casi no me doy cuenta). Las cuevas marinas eran más oscuras de lo que imaginaba, con ecos que te envolvían y un aire fresco que te acariciaba la cara después de tanto sol. En un momento apagó el motor y nos dejó flotar en silencio un rato. Solo se oía el goteo de agua detrás y el clic suave de alguna cámara de móvil. No sé por qué, pero ese instante se me quedó grabado.
Paramos en una cala donde el agua parecía irreal — azul verdoso, como esas botellas antiguas que encuentras en mercadillos. Sacamos el equipo de snorkel (incluido) y aunque no soy muy buen nadador, me animé. Los peces nadaban a mis pies; alguien encontró una concha con forma de oreja pequeña. Hubo risas y algún chapuzón torpe, pero a nadie le importó. De vuelta a Siracusa, Andrea repartió trozos de melón frío — no estaba en el plan, es algo que hace si le caes bien (sus palabras). La brisa se levantó y por un momento todos nos quedamos en silencio, viendo cómo Ortigia se hacía cada vez más pequeña detrás de nosotros.
El tour comienza en Via Eritrea 2G en Siracusa, donde haces el check-in antes de subir al barco.
Sí, el equipo de snorkel está incluido para la parada en una de las calas.
No se especifica la duración exacta, pero cuenta con varias horas entre la salida y el regreso.
Los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; hay tarifas infantiles cuando comparten con dos adultos pagantes.
Sí, si los necesitas, hay asientos especializados para bebés disponibles.
No se recomienda esta actividad para mujeres embarazadas.
No hay almuerzo formal incluido; los guías pueden ofrecer algún snack de forma informal, pero no está garantizado.
El tour puede contar con guías multilingües según las necesidades del grupo.
Tu día incluye encuentro en una oficina fácil de encontrar en Siracusa antes de subir a un barco pequeño con tu guía local; se proporciona equipo de snorkel para las paradas en calas de aguas claras cerca de Ortigia y dentro de las cuevas marinas; hay asientos para bebés si los solicitas; tras la exploración, regresas al punto de partida original con el grupo.
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