Recorre Roma en carrito eléctrico con un guía local, prueba alcachofas al estilo judío en Trastevere y brinda con prosecco sobre los tejados. Explora el mercado de Testaccio con degustaciones callejeras antes de sentarte a comer pasta romana y tiramisú con vino en una terraza. Termina con un auténtico gelato italiano en una heladería histórica — no es solo turismo, es saborear las historias de Roma.
Con las manos rodeando una copa fría de prosecco, contemplaba la ciudad extendiéndose bajo nosotros desde el Gianicolo. Nuestro guía, Marco, acababa de señalar la cúpula de San Pedro, pero yo estaba más hipnotizado por cómo el sol iluminaba esos tejados de terracota. Una brisa traía el aroma de alcachofas fritas (lo juro) antes de llegar a Trastevere. El carrito eléctrico saltaba sobre las calles empedradas — se sienten todos los baches en los huesos, pero es divertido, como volver a ser niño.
Paramos frente a un local diminuto donde Marco me entregó algo que llamó “carciofo alla giudia”. Intenté repetirlo y se rió corrigiendo mi acento (me lo merecía). Crujiente, salado, caliente. Nunca imaginé que una alcachofa pudiera saber así. Más tarde, en la barra de un bar cerca de Termini, el camarero hizo toda una demostración preparando spritz — retorciendo la piel de naranja entre los dedos — mientras picábamos queso y prosciutto. Fue informal pero especial. Alguien derramó un poco de vino y nadie le dio importancia.
Lo que más me gustó fue pasear por el mercado de Testaccio con Marco, que nos guiaba entre los puestos saludando a los vendedores por su nombre. En casi cada parada nos hacía probar algo nuevo — había un pan con corteza crujiente que todavía recuerdo. La comida fue pasta Amatriciana en una terraza, la salsa roja manchando mi camisa (clásico), y luego un tiramisú que sabía a nubes de café. Terminamos en una heladería tradicional; yo elegí pistacho porque Marco dijo que era “la prueba real”. La vuelta al carrito fue tranquila — quizás por toda la comida o por no querer que el día terminara.
El tour dura varias horas e incluye varias paradas para degustar y hacer turismo.
Sí, el transporte privado está incluido como parte de la experiencia.
El recorrido pasa por Trastevere, el mirador del Gianicolo y Testaccio.
Sí, disfrutarás de prosecco, vino o spritz acompañando las degustaciones durante el tour.
Incluye un almuerzo sentado con platos clásicos de pasta romana y tiramisú.
Los niños deben tener al menos 8 años para unirse a esta actividad.
No, por seguridad no pueden participar personas con alergias severas o potencialmente mortales.
El recorrido incluye paradas cerca de la estación Termini y continúa por barrios clave como Testaccio.
Tu día incluye transporte privado en carrito eléctrico con recogida, cinco degustaciones diferentes más bebidas como vino o spritz durante el recorrido, un almuerzo sentado en una terraza exclusiva con pasta Amatriciana y tiramisú, degustaciones en el mercado de Testaccio guiadas por locales que conocen a todos por su nombre, y un auténtico gelato italiano en una heladería centenaria antes de regresar cómodamente al punto de partida.
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