Verás cómo despierta Roma desde un sidecar Vespa con un guía local que te acompaña—café en mano y casco despeinado garantizado. Desde saltarte la fila en el Panteón hasta lanzar monedas en la Fontana di Trevi y compartir risas con cappuccino en Trastevere, cada parada es auténtica y sin guion. Déjate sorprender por los detalles y quizá hasta te confundan con una estrella de cine italiana.
“¡Parecen estrellas de cine!” fue lo primero que nos dijo nuestro guía Marco al subirnos al sidecar Vespa cerca de la Piazza della Repubblica. Me reí — mi casco estaba un poco torcido y mi pareja ya estaba tomando fotos de la fuente. La ciudad apenas despertaba, ese murmullo suave típico de Roma en el aire, y la verdad me sentía emocionada. Marco nos dio los auriculares y arrancamos, esquivando a los primeros madrugadores y los cafés todavía medio dormidos. La primera parada fue el Palacio del Quirinal — nos señaló a los guardias presidenciales (uno nos guiñó un ojo, o tal vez solo entrecerró los ojos por el sol?).
No esperaba sentirme tan conectada con Roma desde un sidecar. Es distinto a caminar — captas aromas de café, escuchas fragmentos de italiano desde ventanas abiertas. En la Fontana di Trevi, Marco nos dio un minuto para lanzar monedas (dice que realmente funciona — lo dijo muy serio). Luego visitamos el Panteón; evitamos la fila y entramos, donde olía a piedra antigua y un leve toque de incienso. El óculo arriba dejaba pasar una luz extraña y perfecta — todavía lo recuerdo.
La Piazza Navona ya estaba animada a media mañana, con pintores instalando sus caballetes mientras los locales tomaban espresso cerca. Por Trastevere, Marco nos llevó a un bar pequeño para un cappuccino y un cornetto. La espuma se me pegó en el labio y seguro me veía ridícula, pero a nadie le importó — todos charlaban, reían o gesticulaban con pasión (como hacen los romanos). Recorrimos callejones con ropa tendida sobre nuestras cabezas y motos pasando tan cerca que casi podía tocarlas.
Cuando llegamos a la Plaza de San Pedro ya había perdido todo sentido de la orientación, pero no me importó nada. Había algo liberador en no preocuparme por mapas o tráfico — solo dejar que alguien que ama esta ciudad te la muestre. Si tienes aunque sea un poco de curiosidad por ver Roma en un tour en sidecar Vespa, créeme: es mucho más divertido de lo que suena en papel.
Sí, durante el tour disfrutarás de un cappuccino tradicional y un cornetto.
No, los conductores profesionales se encargan de todo—solo relájate en el sidecar o detrás del piloto.
La entrada al Panteón está incluida; el resto de los sitios se visitan desde fuera salvo que se indique lo contrario.
Sí, niños mayores de 5 años pueden unirse si cumplen con la altura mínima (150 cm para sentarse detrás del conductor).
Cabe una persona en el sidecar con cinturón y otra detrás del conductor; pueden intercambiarse los asientos en las paradas.
Sí, se entregan cascos homologados CE y fundas desechables para mayor higiene y comodidad.
No, el punto de encuentro es céntrico, cerca de la Piazza della Repubblica.
El tour es adecuado para la mayoría, pero no se recomienda para quienes tengan lesiones en la columna o problemas cardiovasculares graves.
Tu mañana incluye un paseo por los puntos más emblemáticos de Roma en un sidecar Vespa hecho a medida, con un guía oficial que narra todo por auriculares. Disfrutarás un desayuno con cappuccino y cornetto, además de la entrada al Panteón. Los conductores profesionales se encargan de todo para que no tengas que preocuparte por el tráfico o el aparcamiento; se proporcionan cascos con fundas higiénicas para tu seguridad y comodidad durante toda la aventura.
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