Recorrerás las plazas y fuentes más famosas de Roma acompañado de un guía local que da vida a cada lugar con historias y detalles que pasarías por alto solo, desde lanzar monedas en la Fontana di Trevi hasta descubrir rincones secretos cerca de Piazza Navona. Ideal para quienes visitan Roma por primera vez o quieren ir más allá de las postales.
Empezamos la mañana con el sonido del agua que cae en la Fontana della Barcaccia, justo al pie de la Plaza de España. La plaza despertaba poco a poco: los vendedores montando sus puestos y algunos locales tomando café en el cercano Antico Caffè Greco. Nuestra guía, Lucía, nos contó cómo la luz del sol cambiaba sobre la piedra de travertino mientras subíamos hacia Trinità dei Monti. Es curioso cómo aquí se escuchan fragmentos de todos los idiomas, pero siempre se siente ese latido constante de la vida romana.
Entre callejuelas empedradas, llegamos a la Fontana di Trevi antes de que llegaran las multitudes del mediodía. Lanzar una moneda por encima del hombro fue sorprendentemente satisfactorio, como unirse a una tradición que lleva siglos. Lucía nos contó la historia de Nicola Salvi, el arquitecto que la diseñó pero nunca llegó a verla terminada. En el aire se percibía un leve aroma a castañas asadas de un carrito callejero a la vuelta de la esquina.
Piazza della Rotonda ya estaba animada a media mañana. El Panteón se alzaba imponente sobre nosotros, sus columnas aún frescas al tacto a pesar del calor de junio. Dentro, se siente casi el peso de la historia; la tumba de Rafael está escondida en un rincón tranquilo. Lucía explicó cómo la lluvia entra por el óculo y se drena a través de pequeños agujeros en el suelo, un detalle que nunca había notado.
Después visitamos Campo de’ Fiori. Al mediodía, los puestos del mercado rebosaban con alcachofas frescas y tomates calentados por el sol. En el centro hay una estatua de Giordano Bruno, que recuerda que este lugar ha sido testigo tanto de celebraciones como de tragedias. Lucía nos habló de su oscuro pasado como lugar de ejecuciones, lo que me puso la piel de gallina por un momento.
Piazza Navona parecía un escenario preparado para una gran obra: artistas callejeros dibujando retratos, niños persiguiendo palomas cerca de la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini. Si miras bien, aún puedes ver restos del antiguo estadio de Domiciano bajo tus pies, en la curva de los edificios que la rodean. Terminamos el paseo aquí, contemplando cómo el agua brilla en tres fuentes distintas mientras las campanas de la iglesia resonaban sobre las fachadas de colores pastel.
¡Sí! La ruta es accesible para sillas de ruedas y también para carritos de bebé. Es mayormente plana y el grupo avanza a un ritmo tranquilo.
Los grupos son pequeños, nunca más de 15 personas, para que puedas hacer preguntas y escuchar bien al guía.
Zapatos cómodos son clave porque se camina bastante sobre empedrados. En verano, lleva gafas de sol y quizá un sombrero, que el calor sube rápido.
Visitarás el interior del Panteón, pero la mayoría de las paradas son al aire libre, en fuentes y plazas.
Este tour incluye un guía local amable que conoce todos esos detalles que hacen especial a Roma, la entrada al Panteón y grupos pequeños (máx. 15 personas) para que nunca se sienta abarrotado o apresurado. La ruta es accesible para sillas de ruedas.
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