Vive el pulso de Roma montando tu propia Vespa nueva desde Termini, recorriendo callejones escondidos y plazas llenas de vida. Casco, GPS y consejos locales incluidos para que pares a tomar un café o explores mercados a tu ritmo — prepárate para la energía auténtica del tráfico romano.
Confieso que casi me echo para atrás en el mostrador. El chico que atendía — Marco, creo — me preguntó si tenía experiencia en scooter y de repente me vi de nuevo en el tráfico caótico de Nápoles hace años, con las manos blancas del nerviosismo. Se rió cuando le conté esa historia (quizás eso me ayudó). Después de revisar mi licencia y unas advertencias sobre los conductores romanos (“Aquí nadie para por nadie,” me dijo sonriendo Marco), me dio dos cascos y me indicó la mejor forma de salir de Termini sin que me tragaran los autobuses. El aire olía a espresso y a humo — más reconfortante de lo que suena, la verdad.
La Vespa estaba impecable y más nueva que cualquier otra que haya alquilado. Hay algo especial en girar el acelerador y sentir esa vibración ligera mientras pasas junto a piedras milenarias y motos apiladas en los semáforos. Nos perdimos casi al instante — tomamos un giro equivocado cerca de los Foros Imperiales porque el GPS del móvil se volvió loco — pero eso es parte de la aventura en Roma con una scooter. En un momento, un local nos hizo señas para avisarnos de un mercado adelante (“¡Attento!”), y nos dio indicaciones rapidísimas en italiano. Mi pareja intentó repetirlas; no lo logró, pero igual sonrió.
Parar a comer en algún sitio al azar (no recuerdo el nombre, pero la pasta tenía un toque picante perfecto) fue fácil con la Vespa aparcada justo afuera. No dejaba de pensar que los coches nunca cabrían aquí; las scooters son las reinas en estos callejones estrechos donde la ropa tiende al viento y siempre parece que alguien discute con su nonna desde la ventana de arriba. La cadena que nos dieron fue súper útil — no tuve que preocuparme por dejar nuestras cosas mientras buscábamos un gelato después.
Aún recuerdo lo cálido que estaba el asiento tras pasar la tarde al sol. Devolverla fue tan rápido como recogerla; Marco revisó todo, me devolvió el depósito al instante y hasta me apuntó una pizzería para la próxima vez. Si te sientes cómodo manejando en el caos real de la ciudad (y sí, tienes que estarlo), esta es sin duda la mejor forma de redescubrir Roma.
Sí, se requiere experiencia manejando scooter en ciudades con tráfico intenso.
Sí, es obligatorio tener licencia válida para alquilar una Vespa.
Dos cascos con fundas, cadena de seguridad, baúl, soporte para GPS y seguro de responsabilidad civil.
El punto de recogida está cerca de la estación Roma Termini.
Niños menores de 18 pueden ir solo acompañados por un adulto; la edad mínima para pasajero es 7 años.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca de la oficina de alquiler.
Se requiere un depósito con tarjeta de crédito de 500 euros, que se libera al devolver la scooter si todo está en orden.
No, esta actividad no es recomendada para embarazadas ni personas con lesiones en la columna.
Tu día completo incluye una Vespa Primavera Piaggio nueva y limpia con dos cascos (y fundas higiénicas), cadena de seguridad, baúl para guardar cosas, seguro de responsabilidad civil, impuestos locales ya incluidos y soporte para móvil con GPS — todo a pasos de la estación Roma Termini para que salgas a recorrer la ciudad a tu ritmo.
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