Recorrerás las calles más emblemáticas de Roma al atardecer, desde la Plaza de España hasta el Gueto Judío y el Panteón, además de disfrutar un auténtico gelato romano en un lugar local. Una forma relajada de descubrir los sitios famosos y rincones secretos con historias que solo los locales conocen.
Comenzamos la tarde en la Plaza de España, justo donde el bullicio de la ciudad se siente más intenso. El aire aún conservaba el calor del día y se escuchaban músicos callejeros afinando sus instrumentos cerca. Nuestro guía, Marco, nos señalaba pequeños detalles, como el mármol pulido por años de turistas y locales por igual. Al bajar hacia la Fuente de Trevi, percibí el leve aroma de castañas asadas de un vendedor escondido a la vuelta de la esquina. Lanzar una moneda por encima del hombro me pareció un poco cursi, pero, sinceramente, es difícil no dejarse llevar por el momento cuando todos sonríen y toman fotos.
Luego llegamos a la Piazza Venezia, con el monumento al Vittoriano iluminado mientras el sol se ocultaba. Es enorme, casi demasiado para abarcar de un vistazo. Hicimos una pausa en la Piazza del Campidoglio; el diseño de Miguel Ángel realmente destaca cuando estás ahí, contemplando el Foro Romano mientras las luces de la ciudad comienzan a encenderse. El Teatro de Marcelo estaba más tranquilo de lo que esperaba, solo algunos locales paseando a sus perros, y se escuchaba el suave zumbido de scooters a lo lejos.
El Gueto Judío se sentía distinto, más vivido de alguna manera. Nuestro guía compartió historias sobre las antiguas panaderías y señaló la cúpula de la Sinagoga asomándose entre los tejados. Paseamos por callejones estrechos donde se percibían aromas a alcachofas fritas y familias charlando frente a pequeños restaurantes. El Panteón fue la siguiente parada, y aunque he visto fotos cientos de veces, entrar al atardecer es otra experiencia. El aire se enfría rápido dentro y se oyen tus pasos resonar.
El helado fue uno de los momentos más destacados: Marco nos llevó a una pequeña gelatería cerca del Panteón que asegura es la mejor de Roma. Probé el de pistacho; cremoso y nada empalagoso. Terminamos en la Piazza Navona, donde los artistas callejeros preparaban sus puestos para la noche. La Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini impresiona aún más de cerca, especialmente con el Palacio Pamphili justo al lado. La plaza entera se sentía viva: niños corriendo, parejas compartiendo bebidas en las terrazas, risas que flotaban en el aire. Si buscas saborear la auténtica Roma nocturna, este es el plan.
¡Sí! El paseo es tranquilo y accesible para cochecitos. A los niños generalmente les encanta la parada para el helado y las plazas animadas en el camino.
La ruta cubre varios puntos principales pero avanza a un ritmo suave con muchas paradas. Es apto para la mayoría de personas y se permiten animales de servicio.
Solo calzado cómodo y quizá una chaqueta ligera si refresca por la noche. Todo lo demás, incluyendo auriculares para grupos grandes, está incluido.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca tanto del punto de inicio como del final de la ruta.
Este tour incluye helado artesanal de una de las mejores gelaterías de Roma y auriculares para grupos de más de ocho personas, para que no te pierdas ninguna historia, incluso en lugares concurridos.
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