Entra en la Pinacoteca Ambrosiana de Milán con acceso directo para ver de cerca el Codex Atlanticus de Da Vinci: bocetos y notas originales, además de obras maestras de Caravaggio, Botticelli y Rafael. Explora a tu ritmo (1.5 horas es ideal), con acceso a la biblioteca histórica donde se conserva la mayor parte del trabajo de Leonardo. Una experiencia silenciosa y poderosa que recordarás.
Lo primero que me llamó la atención en la Pinacoteca Ambrosiana de Milán no fue ni siquiera el arte, sino ese silencio, como si el edificio contuviera la respiración. Acabábamos de salir de una calle ruidosa cerca de la Piazza Duomo y de repente todo se volvió más lento. Con nuestras entradas entramos directo (sin cola, un pequeño milagro), y enseguida la guía nos señaló el camino hacia la exposición del Codex Atlanticus. No esperaba sentirme tan cerca de Leonardo da Vinci, pero ver sus notas y bocetos originales, con su letra diminuta que se enroscaba en páginas amarillentas, fue realmente emocionante. En el aire flotaba un leve aroma a papel antiguo, mezclado con un toque a madera del suelo.
Intenté descifrar algunos garabatos de Leonardo —¡escribía al revés!— pero terminé quedándome demasiado tiempo mirando un dibujo de una máquina voladora. Mi amigo me dio un codazo porque al parecer estaba tapando la vista a alguien. Las páginas del Codex se van rotando, así que nunca sabes qué verás ese día; me gustó ese toque de sorpresa. El museo te deja pasear entre salas llenas de obras de Botticelli, Tiziano y Rafael (perdí la cuenta de cuántas veces volví sobre mis pasos). La “Canasta de fruta” de Caravaggio es más pequeña de lo que imaginaba, pero bajo las luces de la galería brilla con fuerza. Un grupo de escolares locales pasó riendo en italiano —su profesora me lanzó una sonrisa disculpándose.
Nos asomamos a la antigua biblioteca donde se guarda la mayor parte del Codex; el ambiente era casi sagrado, con la luz del sol entrando por ventanas altas y motas de polvo flotando por todas partes. Puedes tomarte tu tiempo —nadie te apura— aunque después de hora y media mis pies empezaron a quejarse. Aun así, sigo pensando en esas páginas y en lo cerca que me hicieron sentir de alguien que vivió hace cinco siglos. Afuera, Milán volvió a ser ruidoso cuando salimos, pero por un rato parecía que habíamos entrado en otro mundo.
Lo ideal es dedicarle alrededor de 1.5 horas, pero puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
Sí, tu entrada cubre tanto las exposiciones del museo como la muestra del Codex Atlanticus.
Está a solo cinco minutos a pie de la Piazza Duomo, en el centro de Milán.
No, no se exhiben todas las páginas a la vez; las seleccionadas se rotan regularmente.
Las principales salas son accesibles para sillas de ruedas; algunas salas de exposiciones pueden tener acceso limitado.
Sí, los animales de servicio están permitidos en la Pinacoteca Ambrosiana.
Encontrarás obras de Caravaggio (“Canasta de fruta”), Botticelli, Tiziano, Rafael y más.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca de la entrada del museo.
Tu entrada incluye acceso a las salas principales del museo y a la exposición especial del Codex Atlanticus de Da Vinci dentro de la Pinacoteca Ambrosiana, además de la entrada a sus espacios históricos de la biblioteca durante tu visita.
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