Camina por los laberínticos Sassi de Matera con un guía local que da vida a las historias dentro de casas cueva reales. Descubre la vida cotidiana de ayer y hoy, toca piedras milenarias y detente en momentos inesperados — como la luz del sol iluminando patios escondidos o risas que rebotan en las paredes. No es solo turismo, es sentirte parte de algo antiguo y vivo.
Nos agachamos bajo un arco bajo y de repente todo se volvió silencioso — solo el sonido de nuestros pasos sobre la piedra antigua. Giulio, nuestro guía, se detuvo para que pudiéramos alcanzarlo (yo estaba distraído mirando la ropa tendida arriba — sábanas azules contra la roca clara). Sonrió y señaló donde la ciudad casi se funde en sí misma, esas capas de cuevas y casas apiladas como si alguien no pudiera decidirse. No esperaba que se sintiera tan habitada, ¿sabes? No solo historia, sino gente saludando desde sus puertas.
El aire dentro de la primera casa cueva estaba fresco y olía ligeramente a tierra — no a humedad, más bien a tierra mojada después de la lluvia. Giulio nos contó cómo las familias compartían esos espacios con cabras y gallinas (imitó el balido de una cabra; nos reímos, quizá demasiado fuerte). Nos mostró las ranuras en la pared por donde corría el agua durante las tormentas. Es curioso: piensas en lugares antiguos como silenciosos o vacíos, pero aquí hay un murmullo suave — niños gritando en algún lugar arriba, una mujer llamando a su vecina en un dialecto que no pude entender.
Intenté imaginar cómo sería vivir aquí cuando las velas eran la única luz. El sol afuera era fuerte, pero dentro se sentía suave y casi secreto. Giulio respondió pacientemente a todas mis preguntas — incluso a la torpe sobre cómo se soporta el frío del invierno (se encogió de hombros: “Te acostumbras”). Caminamos por rincones que parecían olvidados hasta que de repente se abrían a vistas amplias sobre el barranco de Matera. A veces todavía pienso en esa vista; me sorprendió. Al final volvimos cerca de donde empezamos, pero nada se veía igual que antes.
No hay una duración exacta, pero incluye un paseo con paradas en los puntos más importantes de los Sassi.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o silla de paseo durante el recorrido.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante la excursión.
Sí, durante el paseo se visitan y se entra en casas cueva auténticas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar de inicio.
Los bebés deben ir en brazos si no están en cochecito o silla de paseo.
La ruta es apta para personas con cualquier nivel de condición física.
Tu día incluye un paseo guiado por los Sassi de Matera con paradas en sitios clave como casas cueva auténticas, acompañado por alguien que conoce cada rincón de estas calles de piedra, y tiempo para detenerte donde las historias o tus preguntas te lleven.
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