Saldrás de Lucca hacia las suaves colinas toscanas para un día lleno de historias reales de vino: paseos por viñedos con agricultores locales, catas en bodegas frescas y un almuerzo campestre con productos del huerto y quesos. Prepárate para risas, sabores auténticos y pequeñas sorpresas en el camino — además de recogida y muchos snacks para no quedarte sin energía.
¿Conoces esa sensación cuando abres la puerta de la furgoneta y el aire huele distinto? Así fue mi primer instante fuera de Lucca: un aroma verde, con un toque picante que no sabría cómo describir. Nuestro guía, Paolo, nos saludó como si fuéramos viejos amigos (todavía me impresiona que recordara el nombre de todos). El camino saliendo de la ciudad estaba lleno de olivos y esas suaves colinas que parecen de mentira hasta que las ves de cerca. No dejaba de pensar: “Debería haber desayunado más”, porque Paolo nos advirtió: el vino empieza temprano.
La primera bodega parecía el patio trasero de alguien: gallinas escondidas por ahí, un perro dormido bajo una higuera. Caminamos entre las filas de viñas mientras el dueño nos contaba por qué sus uvas tienen un sabor “un poco salvaje” (sus palabras). Intenté repetir la variedad de uva en italiano; él sonrió y me corrigió con cariño. Dentro de la bodega, el ambiente era fresco y terroso — barricas por todas partes, polvo flotando en la luz. Probar el vino allí mismo fue más intenso de lo que esperaba. Quizá era solo estar ahí, pero lo hizo especial.
Luego vino otro corto trayecto — Paolo nos contaba historias de las familias vinícolas de Lucca mientras pasábamos por campos con espantapájaros mejor vestidos que yo la mayoría de los días. La segunda bodega tenía una mesa larga afuera con sillas desparejadas y platos apilados. Cada vino venía acompañado de algo del huerto o un trozo de queso pecorino (ese queso... todavía lo recuerdo). Hubo risas cuando intenté decir “salumi” bien — estoy casi seguro de que lo dije fatal. A nadie le importó. Sol en los brazos, copa en mano, gente hablando a la vez sobre cuál botella les gustó más — sinceramente, esa parte podría haber durado toda la tarde.
El tour incluye visitas a dos bodegas cerca de Lucca.
Sí, la recogida en Lucca está incluida con la reserva.
Puedes avisar sobre alergias o preferencias al hacer la reserva.
El almuerzo incluye productos del huerto y especialidades como salami y queso pecorino de la Toscana.
El tour es apto para todos los niveles; bebés y niños pueden ir en cochecito o asiento infantil.
No hay un tiempo exacto, pero hay espacio para pasear por los viñedos, visitar la bodega, catar vinos y almorzar en cada parada.
Sí, el transporte es en furgoneta con aire acondicionado.
Tu día incluye recogida en Lucca en furgoneta con aire acondicionado, visitas guiadas a dos bodegas toscanas con paseos por viñedos y visitas a la bodega, agua embotellada para mantenerte hidratado entre catas, generosas degustaciones de vinos locales en ambos lugares (¡empezando temprano!), snacks durante el recorrido y un almuerzo ligero en el campo con productos frescos del huerto y especialidades regionales como salami y queso pecorino antes de regresar juntos a la ciudad.
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