Montarás a caballo por el campo escondido del Lago de Garda cerca de Lazise, pasando por viñedos y deteniéndote en una granja familiar de apicultura para un picnic con quesos locales, miel, tartas y vino bajo las vides. Prepárate para recibir un cálido recibimiento (aunque tu italiano sea básico), paisajes tranquilos y esa sensación única que solo da bajar el ritmo.
“¿Alguna vez has montado a caballo?” nos preguntó el guía con una sonrisa mientras me ajustaba el casco (la verdad, no desde que tenía doce años). Empezamos justo a las afueras de Lazise, con el suave repiqueteo de los cascos sobre la tierra. El aire olía a algo dulce, tal vez flores silvestres o la hierba fresca de verano. Las murallas del castillo de Lazise se asomaban detrás, pero pronto solo vimos hileras de viñas y olivos, ese verde que no encuentras en casa. Nuestro guía no hablaba mucho en inglés, pero señalaba detalles — un viejo higuera, un muro de piedra derruido — y sonreía como si compartiéramos un secreto.
Cruzamos Colà, un pueblito donde hasta los perros parecían dormir a la sombra. Hay un silencio especial en el campo aquí, salvo cuando los caballos resoplaban o un tractor sonaba a lo lejos. Después de una hora (mis piernas lo notaron bien), llegamos a una granja familiar de apicultura escondida entre los viñedos. La dueña nos saludó con una gran sonrisa y preparó tartas caseras, quesos con su propia miel (esa que sabe a flores), y un rosado llamado Chiaretto, frío y tan suave que casi se bebía solo. Intenté decir “grazie mille” pero seguro lo dije mal; ella se rió igual.
Comimos bajo un techo de vides mientras las abejas zumbaban perezosas cerca — sin molestar, solo haciendo lo suyo. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, salvo alguien sirviendo más vino y los pájaros sobre nosotros. Aún recuerdo esa vista del Lago de Garda desde la silla, de regreso — el sol bajando, los campos extendiéndose hasta el infinito. Fue como entrar en la vida pausada de otro mundo por una tarde.
No se requiere experiencia previa, pero es recomendable tener buena condición física.
El paseo comienza cerca de Lazise, en el Lago de Garda.
El recorrido a caballo dura aproximadamente una hora en cada dirección antes de llegar a la granja.
El picnic incluye quesos artesanales con miel, galletas caseras, tartas de verduras, conservas y vino local.
Sí, probarás vinos producidos en la granja, como Bardolino y Chiaretto.
Hay opciones vegetarianas, pero no se ofrece comida vegana.
El guía de los caballos habla inglés básico, pero el anfitrión de la cata habla inglés fluido.
No incluye recogida; debes llegar por tu cuenta al punto de encuentro.
Tu día incluye un paseo guiado a caballo por el campo de Lazise con parada en el pueblo de Colà, seguido de un picnic con quesos locales acompañados de miel casera, tartas de verduras, conservas, galletas artesanales y degustación de vinos Bardolino y Chiaretto en una granja familiar de apicultura, antes de regresar a pie al punto de partida.
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