Recorrerás el barrio Sant’Ambrogio de Florencia con un guía local que conoce cada atajo y anécdota. Prueba cecina recién horneada, degusta vinos que aún no sabes pronunciar y comparte sonrisas con auténticos florentinos. Prepárate para risas, lluvia sobre los adoquines y sabores que se quedan mucho más de lo que imaginas.
Nos desviamos de la ruta principal cerca de la Piazza Santa Croce, siguiendo a nuestra guía Claudia hacia Sant’Ambrogio — no la Florencia de postal que todos conocen, sino un lugar más tranquilo. El aire olía a café y focaccia, y de vez en cuando escuchaba risas de los tenderos charlando en italiano. Claudia saludó a un carnicero que le sonrió y nos ofreció una loncha de finocchiona para probar. No sé qué esperaba, pero al darle el primer bocado —picosa, suave, casi dulce— fue como si alguien hubiera subido el volumen a los colores de la ciudad.
Mientras caminábamos entre paradas, Claudia nos contaba historias sobre las tradiciones culinarias toscanas (intenté repetir “lampredotto” y se rió —al parecer mi acento es imposible). Entramos en una panadería diminuta para probar cecina, tibia y con un sabor terroso que sentí en las yemas de los dedos, y luego salimos porque no había espacio adentro. La calle estaba animada pero sin prisas; vecinos con bolsas de la compra, un anciano leyendo el periódico en una mesa de café. En un momento empezó a lloviznar y todos simplemente se ajustaron las chaquetas y siguieron charlando. Había algo muy auténtico en eso.
La parte de la cata de vinos me sorprendió —no solo Chianti, sino tintos más ligeros que ni siquiera conocía. Uno tenía un toque casi floral. Claudia nos explicó de qué viñedo venía cada uno; parecía conocer personalmente a la mitad de los productores. Para entonces ya había dejado de preocuparme por parecer turista o pronunciar bien. Hubo un instante en que todos nos quedamos juntos bajo un toldo, copas en mano, escuchando la lluvia caer sobre la piedra — todavía lo recuerdo.
La duración exacta no está especificada, pero es un recorrido a pie con varias paradas en Sant’Ambrogio, cerca del centro de Florencia.
Sí, el tour incluye catas de vino junto con varias degustaciones de comida durante el recorrido.
Hay opciones vegetarianas disponibles si se solicitan al hacer la reserva; es importante avisar con antelación sobre las necesidades dietéticas.
El tour se lleva a cabo en cualquier condición climática; se recomienda vestir apropiadamente para lluvia o sol.
El recorrido se centra en el barrio Sant’Ambrogio, en el centro de Florencia, lejos de las multitudes.
Los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; la edad mínima para probar vino es 18 años.
No se menciona recogida en hotel; hay opciones de transporte público cercanas para llegar fácilmente.
Tu día incluye una caminata guiada por el barrio Sant’Ambrogio de Florencia con generosas degustaciones (como cecina y lampredotto), muestras de vinos locales en pequeñas bodegas o restaurantes, y las historias de tu guía profesional — todo en lugares auténticos donde realmente van los locales.
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