Recorre el centro histórico de Florencia en grupo pequeño con guía local, descubriendo las historias tras lugares como el Duomo, Ponte Vecchio y Palazzo Vecchio. Prepárate para sorpresas sensoriales — aromas de los mercados, ecos en las plazas — y momentos auténticos que recordarás mucho después de irte.
Lo confieso: no esperaba sentirme tan pequeño frente al Duomo de Florencia. No solo por su tamaño (que es impresionante), sino por cómo el mármol blanco y verde parece brillar con la luz de la mañana. Nuestra guía, Anna, tenía la costumbre de hacer pausas a mitad de frase para que notáramos detalles — como que el Campanile de Giotto cambia según desde dónde lo mires. Nos repartió unos auriculares pequeños para escucharla bien entre el bullicio de la calle (y vaya que había ruido — motos pasando, alguien vendiendo castañas asadas cerca).
Paseamos por callejones estrechos que olían a cuero y café recién hecho. Anna nos señaló el Palazzo Medici Riccardi y nos contó la historia de los Medici como si fueran personajes de una serie imposible de creer. Intenté repetir “Biblioteca Medicea Laurenziana” después de ella y me salió fatal — se rió y dijo que hasta los florentinos se traban con ese nombre a veces. En la Piazza della Signoria, unos niños dibujaban estatuas mientras señores mayores discutían en voz baja en un banco. El aire estaba cargado de historia, pero todo tenía un aire cotidiano, como si aquí la gente conviviera con el arte sin darle demasiada importancia.
El Ponte Vecchio estaba lleno, pero con mucha vida — el oro brillando en los escaparates, las voces rebotando en las paredes de piedra. Anna nos contó que antes estaba lleno de carniceros, hasta que llegaron los joyeros (no sé qué olería peor en verano). No entramos al Uffizi ni al Palacio Pitti en este recorrido, pero escuchar a Anna describir lo que hay dentro me dejó con ganas de volver. Ya me dolían los pies, pero ni lo notaba; siempre había algo nuevo que mirar o algún detalle que ella señalaba — como la huella de Miguel Ángel en las Capillas Medici o el misterio que sigue siendo la cúpula de Brunelleschi.
No dejo de pensar en ese instante cerca de San Lorenzo, cuando una brisa trajo olor a albahaca y pan recién hecho y, por un segundo, todo se sintió eterno. Este tour a pie por Florencia no va de tachar monumentos, sino de dejarse envolver por las historias y los sonidos de la calle hasta ver la ciudad con otros ojos. Lo repetiría solo por esa sensación.
No se indica la duración exacta, pero la mayoría de los tours a pie en grupo pequeño por Florencia suelen durar entre 2 y 3 horas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en carrito durante el recorrido.
Sí, todas las áreas y superficies del tour son accesibles para sillas de ruedas, al igual que las opciones de transporte.
No, no se incluyen entradas; se visitan lugares como la Galería Uffizi solo por fuera durante el recorrido.
Verás sitios como el Palacio Pitti, Ponte Vecchio, Galería Uffizi (por fuera), Palazzo Vecchio, Piazza della Signoria, Duomo, Baptisterio, Campanile de Giotto, Capillas Medici y más.
Sí, hay opciones de transporte público cerca para llegar fácilmente al punto de inicio.
Sí, los animales de servicio pueden acompañarte durante todo el recorrido.
Tu día incluye unirte a un grupo pequeño guiado por un guía oficial, usando sistema whisper para no perderte nada aunque haya mucha gente. Todas las rutas son aptas para carritos y sillas de ruedas, con transporte público cerca si lo necesitas—no incluye entradas a museos, pero sí historias en cada parada.
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