Si quieres descubrir Florencia desde un punto de vista totalmente diferente—literalmente—este tour en sidecar vintage es para ti. Recorrerás barrios con vida, disfrutarás de vistas panorámicas desde Piazzale Michelangelo y San Miniato al Monte, y te adentrarás en las colinas donde se encuentran viñedos y olivares. Es divertido, cercano y te dejará historias (y fotos) que ningún tour común puede ofrecer.
Lo primero que noté fue el zumbido del motor antiguo mientras nos encontrábamos frente al Caffè Pasticceria Gamberini. El aroma a pasteles recién hechos se escapaba por la via del Curtatone, tentador, pero nuestra aventura nos esperaba. Casco puesto, nos acomodamos en el sidecar (más cómodo de lo que imaginaba) y arrancamos rumbo a la antigua puerta de San Frediano. La ciudad se sentía distinta desde esta perspectiva baja—más cercana, más viva.
Al cruzar hacia Oltrarno, el guía empezó a señalar detalles que yo jamás habría notado: ropa ondeando sobre calles estrechas, un hombre vendiendo pequeños ramos de violetas junto a un bar en la esquina. Subimos hasta el Piazzale Michelangelo justo cuando el sol comenzaba a ponerse, y la vista de Florencia es simplemente impresionante—cúpulas y tejados bañados por esa luz suave típica de la Toscana. Siempre hay gente tomando fotos, pero desde el sidecar se disfruta con un poco de calma y distancia del bullicio.
La siguiente parada fue San Miniato al Monte—la iglesia donde el guía nos contó en voz baja que se casó (se notaba que lo decía con cariño). Dentro, el ambiente es fresco y huele a piedra antigua y cera de vela. Los mosaicos captan la luz del atardecer de una forma que invita a quedarse un rato más. Después, aceleramos pasando por Arcetri y nos adentramos en las serpenteantes carreteras de Chianti—viñedos a un lado, olivos al otro. Si prestas atención, el aire trae pequeños toques de hierbas silvestres.
El regreso a Florencia siguió el curso del río. Pasamos junto a corredores y parejas paseando al atardecer; alguien tocaba la guitarra cerca del Ponte alle Grazie. De vuelta en el centro, parecía que habíamos visto dos caras de Florencia—el corazón vibrante y sus tranquilos bordes verdes—todo en apenas un par de horas.
¡Claro! Los niños pueden participar siempre que vayan acompañados por un adulto. Solo dinos sus edades al reservar para organizar los asientos con seguridad.
Lo ideal es un estilo casual y cómodo—mejor llevar capas porque en las colinas puede refrescar. Los cascos los proporcionamos para todos.
Por supuesto. El sidecar es perfecto para sacar fotos o grabar videos durante el recorrido—solo asegúrate de sujetar bien tu equipo mientras vamos en marcha.
Usamos motos vintage con sidecar, por eso hay un límite de peso por seguridad. Tampoco se recomienda para embarazadas ni personas con problemas en la columna.
Tu paseo incluye un guía local amable y experto en Florencia, cascos para todos, comentarios en vivo durante el trayecto, todos los impuestos y combustible incluidos. Solo trae ganas de aventura—¡y quizás unas gafas de sol!
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