Comienza en Florencia y recorre Toscana con un guía local, paseando por las calles medievales de Siena y probando dulces frescos antes de explorar San Gimignano a tu ritmo. Al caer la tarde, disfruta de una cena tradicional toscana con vino en una bodega boutique de Chianti—esas vistas al atardecer se quedan grabadas.
Quedamos con nuestra guía cerca del centro de Florencia—nos saludó con una sonrisa enorme, como si nos esperara desde hace tiempo. El viaje hacia Siena fue más tranquilo de lo que imaginaba; solo el suave murmullo de la minivan y esas colinas verdes que se iban sucediendo. En Siena, nuestra guía (¿Giulia? ¿Julia? Aún no sé cómo se pronuncia bien) nos llevó por las Contrade. Nos señaló banderas y pequeñas fuentes que yo habría pasado por alto—cada barrio tiene su propio animal símbolo. El aroma a panadería llegaba desde una calle lateral, dulce y cálido. Alguien repartió unos pastelitos diminutos como “degustación sorpresa”—no sé ni cómo se llamaban, pero desaparecieron en un instante.
Luego tocó San Gimignano. Es uno de esos lugares que has visto en postales, pero cuando estás ahí cambia la sensación—torres de piedra que se recortan contra el cielo, ropa tendida en las ventanas. Tuvimos tiempo libre y me fui a comprar un helado a un señor que juraba que su familia inventó la receta (quizá sea verdad, o no). Quise asomarme a la Basílica de Santa Maria Assunta pero había una boda—todos afuera parecían familia, abrazándose y riendo a ratos. El aire olía a piedra antigua y flores.
El sol empezó a bajar cuando entramos en la zona de Chianti. La bodega estaba en una colina, de esas donde las filas de viñas parecen no acabar nunca. La cena fue sencilla: pan con un aceite de oliva que picaba un poco, pasta con ragú de jabalí (al principio dudé, pero me encantó), y vino local servido por alguien que no paraba de llamarnos “amici”. El grupo se quedó más tiempo del previsto; nadie quería dejar esa mesa ni esas vistas. De vuelta a Florencia, el ambiente se volvió tranquilo—quizá cansados o simplemente llenos en todos los sentidos. No dejo de pensar en esa luz sobre los viñedos mientras nos alejábamos.
El tour dura desde la tarde hasta la noche, regresando a Florencia después de la cena en la bodega.
Sí, el transporte ida y vuelta desde Florencia está incluido en una minivan o minibús de lujo.
Sí, tendrás tiempo para recorrer San Gimignano por tu cuenta antes de la cena.
Incluye una cena típica toscana con degustación de vinos en una bodega boutique de Chianti.
Habrá un tour guiado a pie por Siena; el resto de paradas son por libre o relajadas.
Los bebés son bienvenidos; se dispone de cochecitos y asientos especiales si es necesario.
El tour se realiza con lluvia o sol, sin importar el clima.
La guía principal habla inglés durante todo el recorrido.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde Florencia en una minivan Mercedes de lujo con WiFi gratis, guía en inglés para el paseo a pie por Siena con degustación sorpresa, tiempo libre en San Gimignano (con posibilidad de entrar a sitios como la Basílica de Santa Maria Assunta), y para terminar una cena toscana con cata de vinos en una bodega boutique antes de regresar por la noche.
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