Te subirás a un Fiat 500 vintage con un fotógrafo local y recorrerás pueblos de la Costa Amalfitana como Positano y Praiano. Prepárate para fotos espontáneas (y alguna pose torpe), aire salado, historias del guía y recuerdos digitales que te enviarán directo al móvil. Si tienes suerte con la ruta o el horario, también verás el fiordo de Furore — pero sobre todo sentirás que has entrado en el sueño soleado de otra persona.
Lo admito — casi me pierdo el punto de encuentro en Sorrento porque me quedé embobado mirando el escaparate de una pastelería (esos pasteles de limón son una locura). Andrea, nuestro fotógrafo y guía, me hizo señas desde al lado de un pequeño Fiat 500 rojo que parecía sacado de una película antigua. Era más pequeño de lo que imaginaba. Me golpeaba las rodillas con el salpicadero, pero la verdad es que eso hacía que todo se sintiera más auténtico — sabes que no estás en un Uber cuando puedes oler el motor y escuchar cada piedrecita bajo las ruedas.
Nos fuimos zigzagueando por los acantilados rumbo a Positano. El mar se asomaba entre los muros de piedra, y Andrea no paraba de señalar detalles — la ropa tendida que se movía sobre nosotros, los viejos jugando a las cartas en un bar que parecía estar ahí desde siempre. En un momento se paró justo cuando el sol iluminaba esas casas pastel apiladas como fichas de dominó. Me sacó un trozo de limón del bolsillo (no es broma) y me dijo que era para “traer suerte en las fotos”. ¿Funcionó? Todavía me río al recordar lo torpe que intentaba posar en esa calle tan estrecha mientras él disparaba con su móvil. El aire olía a sal y a dulce al mismo tiempo.
Praiano se sentía más tranquilo — menos turistas, más vecinos saludando al pasar. Paramos cerca de una iglesia encalada donde alguien barría pétalos de flores de los escalones. Andrea me contó historias de su abuela nadando allí cuando era niño; incluso me mostró una foto antigua en su teléfono. Luego volvimos a apretarnos en el Fiat para ir al fiordo de Furore (a menos que empieces desde la península de Sorrento, entonces te saltas esta parte). Ese puente sobre la pequeña playa es una pasada — se escuchan ecos de pasos y el oleaje golpeando las rocas abajo. Intenté pronunciar “Furore” bien; Andrea se rió y me dijo que mi acento parecía español.
De alguna forma, al final me olvidé de que me estaban fotografiando. El paseo fue como tomar prestada la nostalgia de alguien por unas horas — viento en el pelo, manos pegajosas por el jugo de limón, y Andrea enviándome todas esas fotos después por WhatsApp con pequeñas frases (“¡la dolce vita!”). Todavía pienso en esa vista sobre Positano cuando el ruido se apodera de casa.
No se menciona recogida en hotel; te indicarán el punto de encuentro tras reservar.
El tour incluye paradas en Positano y Praiano; el fiordo de Furore se añade salvo que salgas desde la península de Sorrento.
Sí, tu guía tomará fotos y videos durante el recorrido con un smartphone moderno; luego te enviarán los archivos digitalmente.
Sí, los bebés pueden participar pero deben ir en el regazo de un adulto durante el trayecto.
El tour es apto para todos los niveles físicos, aunque implica subir y bajar de un coche pequeño y algo de caminata.
El fotógrafo local habla inglés durante el tour.
Solo se visita Amalfi si sales desde Amalfi, Conca dei Marini o Atrani; de lo contrario no está incluido.
Las fotos y videos te los enviarán por Airdrop, Wetransfer, Whatsapp o correo electrónico después de la sesión.
Tu día incluye transporte privado por la Costa Amalfitana en un clásico Fiat 500 con un fotógrafo que habla inglés y captura momentos espontáneos en Positano y Praiano (y el fiordo de Furore si tu ruta lo permite). Recibirás todas las fotos y videos editados digitalmente — por Airdrop o email — junto con un reel personalizado para Instagram o TikTok para revivir esos recuerdos bañados por el sol.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?