Verás cómo los pueblos de Cinque Terre se iluminan desde el mar mientras navegas al atardecer con guías locales, nadas en calas secretas accesibles solo en barco, disfrutas de focaccia ligur con vino blanco frío y escuchas historias que no encontrarás en ninguna guía. Una experiencia relajada, íntima, que te hará desear que la hora dorada nunca termine.
Lo primero que noté fue el olor: sal marina mezclada con algo herbal, ¿quizá albahaca de un bocadillo? Salimos de Monterosso en un gozzo de madera antiguo, ese que cruje un poco al chocar con las olas. Nuestro patrón, Paolo, saludó a unos pescadores que regresaban. Repartió botellas de agua fría y nos dijo que estuviéramos atentos al campanario de Vernazza asomándose entre los acantilados (casi me lo pierdo). La luz ya se volvía dorada, pero aún no naranja; esa suave tonalidad intermedia.
Navegamos frente a los cinco pueblos de Cinque Terre—Riomaggiore parecía un montón de bloques pintados desde el mar. En un momento Paolo bajó la velocidad para que su primo nos mostrara una pequeña cala donde aprendió a nadar de niño (se rió cuando pregunté si siempre estaba tan clara—“¡no después de una tormenta!”). Yo me lancé igual; el agua al principio cortaba, pero luego era perfecta, con ese sabor salado en los labios. Alguien intentó hacer snorkel, pero la mayoría flotamos tranquilos dejando caer los brazos. El sol seguía bajando detrás de Manarola mientras nos secábamos en cubierta.
De vuelta a bordo, repartieron copas de vino blanco—local, fresco y con un toque herbáceo—y bandejas de focaccia que estaban mucho mejor que cualquier cosa que hubiera probado en tierra. También había aceitunas; se me cayó una y Paolo fingió no verlo. Nos contó historias de contrabandistas escondidos en estas calas durante la guerra (aún no sé cuánto era verdad). Cuando el cielo finalmente se tiñó de rosa y naranja, todos guardamos silencio un momento. Parecía que flotábamos dentro de un cuadro o algo cursi así—pero, ¿sabes qué? Así fue exactamente como se sintió.
El tour sale desde el muelle de Monterosso.
Sí, hay tiempo para nadar o hacer snorkel en una cala apartada durante el recorrido.
Servimos vinos blancos locales, agua embotellada, focaccia, aceitunas y otros productos típicos de Liguria.
Sí, la tripulación es local y comparte historias sobre las tradiciones e historia de Cinque Terre.
Verás los cinco pueblos—Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore—desde el mar.
Sí, hay equipo de snorkel disponible para quienes quieran usarlo.
No incluye recogida en hotel, pero hay opciones de transporte público cerca.
Sí; a bordo hay chalecos salvavidas para niños para garantizar su seguridad.
Tu tarde comienza en el muelle de Monterosso con la tripulación local que te guiará por los cinco pueblos de Cinque Terre desde el mar. Tendrás agua embotellada durante todo el trayecto y tiempo para nadar o hacer snorkel con el equipo que proporcionan en una cala apartada. El aperitivo a bordo incluye focaccia ligur y vinos blancos regionales antes de regresar al caer el crepúsculo sobre la costa.
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