Recorre St. Thomas con un guía local que conoce cada atajo y historia—desde los muros rojos de Fort Christian hasta el mirador fresco de Mountain Top con sus famosos daiquiris de banana. Haz una pausa en Drake’s Seat para un momento tranquilo sobre Magens Bay, escucha la música de steelpan en Skyline Drive y deja que el ritmo isleño te haga notar lo que normalmente pasas por alto.
Lo primero que me llamó la atención fue el sonido: música de steelpan que se escuchaba desde algún punto cerca del puerto mientras recorríamos el malecón en St. Thomas. Nuestro conductor, Winston, señalaba los ferris que se mecían en los muelles y bromeaba sobre cuál tomaría si pudiera desaparecer un día (él eligió Water Island). El aire tenía un aroma dulce, como fruta demasiado madura mezclada con sal marina. Apoyé la frente en la ventana para admirar mejor los techos coloridos de Charlotte Amalie que se amontonaban en la ladera.
Paramos frente a Fort Christian: esos muros gruesos y rojos parecían casi demasiado sólidos para ser reales, como sacados de un cuento antiguo. Winston nos contó que es el edificio más antiguo de las Islas Vírgenes de EE.UU., construido por colonos daneses que seguro nunca imaginaron que algún día cruceros pasarían deslizándose frente a su fortaleza. Se puede entrar pagando una entrada (nosotros solo paseamos por fuera), pero incluso desde ahí se siente esa mezcla extraña de historia y turistas con la piel quemada tomando fotos.
Subiendo más por las colinas, llegamos a Drake’s Seat. Hay un banco verde desgastado mirando hacia Magens Bay, con una vista que te deja sin palabras por un momento. Cerca, alguien vendía agua de coco; la probé sin estar seguro si me gustaba, pero estaba fría y eso era lo que importaba. En Skyline Drive Overlook, un músico tocaba steelpan bajo una sombrilla desgastada mientras los vendedores ofrecían souvenirs con voz suave, nada agresivo. El cielo cambiaba entre azul y una ligera neblina blanca.
Mountain Top fue nuestra última gran parada, a 640 metros de altura y, sinceramente, más frío de lo que esperaba (debería haber llevado una camisa ligera). El daiquiri de banana sabía a verano en un vaso; puede que sea algo turístico, pero no me importó. Desde ahí se ven un montón de islas esparcidas sobre aguas turquesas—perdí la cuenta tratando de nombrarlas todas. Nos quedamos más tiempo del planeado porque nadie quería irse de esa vista todavía.
El tour estándar incluye varias paradas clave y suele durar medio día, según el ritmo del grupo y el tiempo en cada lugar.
Sí, la recogida está incluida; solo confirma tu ubicación al reservar para que el guía lo coordine.
Puedes entrar pagando $10 por adulto o $7 por niño; la entrada no está incluida en el precio del tour.
Mountain Top es el punto más alto de St. Thomas, con vistas panorámicas y su famoso daiquiri de banana hecho con ron local.
Sí, tanto en Mountain Top como en Skyline Drive Overlook hay vendedores de recuerdos donde puedes comprar regalos o recuerdos.
Sí, es apto para todos los niveles de condición física y los bebés pueden ir en brazos o cochecito; también hay asientos especiales para ellos.
Tendrás vistas espectaculares de Magens Bay desde Drake’s Seat y Mountain Top durante el recorrido.
No incluye comidas, pero puedes comprar bebidas como daiquiris de banana en Mountain Top o snacks en los vendedores locales durante el camino.
Tu día incluye transporte cómodo en vehículo con aire acondicionado y recogida desde tu hotel o puerto de cruceros. Las paradas incluyen visitas exteriores a Fort Christian (entrada opcional de pago), tiempo para disfrutar bebidas en Mountain Top, miradores panorámicos como Drake’s Seat y Skyline Drive Overlook, además de oportunidades para comprar souvenirs antes de regresar relajado—y quizás tarareando las melodías de steelpan bajando la colina.
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