Montarás un caballo islandés cerca de Vik y recorrerás sus playas de arena negra con un guía local amable. Disfrutarás momentos de calma, podrás ver frailecillos en verano y sentirás por qué estos caballos son tan especiales. Ideal para principiantes o para quien quiera sentir la costa salvaje de Islandia bajo sus botas.
Ya estábamos medio puestos los cascos cuando la guía — creo que se llamaba Sigrún — me entregó las riendas de un caballo islandés pequeño pero fuerte. El establo olía a heno y a algo dulce, quizá la comida de los caballos. Nunca había montado a caballo en serio, así que el corazón me latía más rápido de lo que quería admitir. Sigrún sonrió y me dijo que estos caballos nacen para este clima (que, por cierto, cambiaba cada cinco minutos: sol, llovizna y luego un viento que parecía que te iba a levantar del suelo). Me ayudó a subir y acarició el cuello del caballo. “Su nombre significa ‘nube’ en islandés”, me contó. Intenté repetirlo pero lo pronuncié fatal — ella se rió y yo también.
Los primeros pasos sobre la arena negra fueron lentos, casi meditativos. El sonido era distinto — no el crujido típico de la grava, sino un roce suave mientras los caballos caminaban por la playa de Víkurfjara. Se sentía el aire salado y de vez en cuando se oían las gaviotas sobre las olas. A ratos nos quedábamos en silencio, solo escuchando los cascos y el viento. En un momento, Sigrún señaló unos frailecillos volando encima (casi no los vi porque estaba muy concentrado agarrado a la silla). Preguntó si alguien quería probar el tölt — ese paso especial de los caballos islandeses — pero, sinceramente, a mí me bastaba con ir a ese ritmo tranquilo.
No esperaba sentir tanta calma ahí afuera. Quizá era el ritmo de los caballos o estar rodeado de ese paisaje salvaje con los acantilados de Vik a lo lejos. Al final tenía las manos congeladas, pero no me importó; hay algo en cabalgar sobre arena negra que se queda contigo mucho después, mientras tomas un chocolate caliente en el establo (que nos esperaba al volver). Si estás pensando en hacer un paseo a caballo por la playa de arena negra en Vik — sobre todo si eres principiante — aquí vas a encontrar la experiencia más acogedora.
Sí, está pensado para principiantes o personas que no montan con frecuencia.
El paseo dura aproximadamente una hora.
Los jinetes deben tener al menos 10 años y pesar menos de 100 kg (220 lb).
No, debes llegar al establo por tu cuenta; hay transporte público cerca.
Incluye el caballo islandés para el paseo y el casco de seguridad.
Sí, se acepta cualquier nivel; los expertos pueden probar el tölt si quieren.
No, las mujeres embarazadas no pueden montar.
Es posible ver frailecillos volando en los meses de verano.
Tu experiencia incluye un paseo guiado de una hora a caballo islandés por la playa de arena negra de Vik, con todo el equipo necesario como cascos que te darán en el establo antes de empezar.
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