Camina por el cañón Grafargil cerca de Vík, deslízate en dos tirolinas sobre ríos salvajes (con todo el equipo incluido) y atrévete con “El Salto de Fe” mientras un guía local te anima. Prepárate para risas, pequeños detalles como hierbas silvestres bajo tus pies y vistas que no creerás hasta que estés colgado sobre ellas.
Con las manos ajustando la correa del casco, ya escuchaba el viento silbando antes de subirme a la primera tirolina. Nuestra guía, Björg, que creció cerca, nos sonrió y contó rápido una anécdota de su primo que se quedó colgado a mitad del recorrido (prometió que no pasaría). El glaciar Mýrdalsjökull estaba ahí, en la distancia, tranquilo y majestuoso. Todo parecía tan cercano: el musgo bajo mis pies, ese olor intenso a río, la risa nerviosa de alguien detrás. A solo tres minutos en coche desde Vík, pero se siente como otro mundo.
Bajar caminando por el cañón Grafargil no es difícil, pero hay que fijarse bien en dónde pisas: rocas mojadas y terreno irregular por todos lados. Björg nos señaló un tomillo silvestre entre las piedras; aplastó una hoja para que lo oliéramos. Tenía un aroma a la vez picante y dulce. No pensé que ese detalle me quedaría grabado, pero así fue. La primera tirolina es larga, 240 metros, y al bajarte sientes un vacío raro en el estómago antes de volar sobre un río que apenas se escucha por el viento en tus oídos. Intenté mirar hacia abajo, pero solo pude entrecerrar los ojos ante el rocío que caía.
Entre las tirolinas está “El Salto de Fe”. ¿La verdad? Me temblaron un poco las rodillas. Björg solo dijo “Te arrepentirás si no lo haces”, así que me lancé, medio salto, medio desliz, y terminé riendo como hacía meses que no lo hacía. La segunda tirolina es más corta, 140 metros, pero se siente más rápida; tal vez porque ya todos gritaban ánimos o se burlaban cariñosamente de las técnicas de cada uno. En el camino de regreso por la vieja carretera, hubo un momento en que todos guardamos silencio, solo el crujir de las botas sobre la grava y esa luz baja islandesa que suaviza todo a su alrededor.
La primera tirolina mide 240 metros y la segunda 140 metros.
No, no hay recogida en hotel; los participantes se reúnen en el punto de inicio cerca de Vík.
Incluye guía local, arneses y equipo de seguridad, además del casco.
Sí, niños desde 8 años pueden participar si van acompañados por un adulto.
Sí, el tour se hace en cualquier condición climática; se recomienda vestir apropiadamente.
La caminata es moderada con terreno irregular; adecuada para la mayoría de niveles físicos.
Sí, se permiten animales de servicio durante el tour.
Tu día incluye todos los arneses y equipo de seguridad, además del casco para cada participante. Un guía local te acompaña de principio a fin, compartiendo historias mientras recorres el cañón Grafargil y vuelas sobre ríos en dos tirolinas antes de regresar juntos por la vieja carretera.
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