Al caer la noche cruzarás en ferry desde Reykjavik y caminarás con un guía local por los tranquilos senderos de la isla Viðey hasta la Imagine Peace Tower. En el camino escucharás historias sobre la historia islandesa y el homenaje a Lennon, para luego quedarte bajo ese haz de luz con una bebida caliente en la mano. Es una experiencia tranquila, que invita a la reflexión y que se queda contigo mucho después.
No tenía muy claro qué esperar cuando subimos al pequeño ferry en el Puerto Viejo de Reykjavik. Se mezclaba esa emoción con una calma extraña que sientes cuando las luces de la ciudad empiezan a quedar atrás — solo el sonido del agua golpeando el barco y todos abrigados con gorros y bufandas. Nuestra guía, Sigrún, repartió linternas (que daban una sensación curiosamente reconfortante) y nos contó cómo los locales ven Viðey como un refugio tranquilo. Se olía la sal en el aire, pero también algo terroso al pisar la isla — quizás algas o simplemente hierba mojada, no lo sé.
El paseo hasta la Imagine Peace Tower fue más lento de lo que esperaba. No porque estuviera lejos (serían unos 10 minutos), sino porque todos íbamos parando. Sigrún nos señaló unas ruinas de piedra y nos habló de los monjes que vivieron aquí hace siglos — se reía diciendo que los islandeses siempre terminan hablando de fantasmas en estas islas. El viento se intensificó al acercarnos a la torre, y me picaban un poco las mejillas. De repente apareció: esa columna de luz que se dispara hacia el cielo. Parecía casi irreal en medio de tanta oscuridad — como si alguien hubiera hecho un agujero en las nubes.
Nos juntamos alrededor mientras la voz de Yoko Ono sonaba por un altavoz. Hablaba de esperanza y paz, algo que puede sonar abstracto hasta que estás ahí, en el frío, escuchando con desconocidos que también han venido por sus propias razones. Alguien me pasó un chocolate caliente (creo que mis dedos estaban demasiado entumecidos para decir que no), y la verdad, sabía mejor que cualquier café caro en casa. De regreso, Sigrún bromeó sobre cómo el clima islandés te mantiene humilde — “Si no te gusta, espera cinco minutos.” No se equivocaba; para entonces ya empezaban a caer pequeños copos de nieve.
El tour incluye ferry ida y vuelta desde el Puerto Viejo de Reykjavik directamente a la isla Viðey.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito; las familias son bienvenidas.
Ven abrigado con calzado resistente, chaqueta, ropa térmica, gorro, bufanda y guantes; el clima cambia rápido.
Durante la visita en Viðey te ofrecerán chocolate caliente, café o té.
La experiencia dura aproximadamente 1.5 horas, incluyendo los trayectos en ferry y la caminata guiada.
No se recomienda para personas con movilidad limitada debido a caminos irregulares y una subida empinada.
Se ofrecen crampones si es necesario para garantizar la seguridad en caminos helados.
Tu noche incluye transporte en ferry ida y vuelta desde el Puerto Viejo de Reykjavik a la isla Viðey, una caminata guiada con historias en el camino, uso de linternas (y crampones si el terreno está resbaladizo), además de chocolate caliente o té antes de regresar cruzando la bahía.
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