Recorrerás las calles llenas de color de Reykjavik con una guía local que conoce cada historia curiosa detrás de los murales y monumentos. Probarás pescado seco y schnapps, subirás a Hallgrímskirkja para ver la ciudad y terminarás riendo con palabras islandesas que no logras pronunciar. La ciudad se siente diferente vista así.
Para ser sincero, casi pierdo el inicio del tour porque me quedé embobado con un mural de frailecillos en Laugavegur. Nuestra guía, Sigrún, solo sonrió y dijo que eso pasa mucho en Reykjavik. Tenía esa habilidad de hacerte sentir como si estuvieras paseando con una amiga que sabe todos los detalles raros de la ciudad (como por qué hay tantos gatos — aún no me convence su teoría). Las primeras cuadras eran casas coloridas y ese viento frío que te hace cosquillas en la nariz. Se sentía bien moverse.
Nos metimos en callejones que jamás habría notado solo. En un lugar el aire olía a canela por una panadería cercana, y alguien había pintado una pared entera con ballenas azules gigantes. Sigrún nos contó sobre el Parlamento y señaló cómo la gente aquí parece caminar más despacio — tal vez por el frío o porque todos están menos estresados que en casa. Paramos en la iglesia Hallgrímskirkja (todavía no la pronuncio bien), y nos dejó disfrutar la vista sin apurarnos.
El tramo final fue cuesta arriba — no voy a mentir, mis piernas protestaron un poco. Pero terminamos en un jardín de esculturas detrás del museo de Einar Jónsson, donde todo estaba extrañamente tranquilo salvo algunas gaviotas lejanas. Sigrún nos dio pescado seco (chicloso y salado — nada que esperaba) y un chupito pequeño de schnapps islandés que quemaba al bajar. Alguien intentó decir “Skál” y lo arruinó por completo; todos nos reímos, hasta Sigrún. Ese momento fue más cálido que mis guantes.
El tour dura entre 2 horas 40 minutos y 3 horas.
Sí, durante el recorrido probarás schnapps islandés, pescado seco y dulces locales.
La ruta cubre casi 5 kilómetros por el centro de Reykjavik.
No, no hay recogida en hotel; el punto de encuentro es en el centro de Reykjavik.
No, no se recomienda para quienes tengan dificultades para caminar o problemas cardíacos por las escaleras y cuestas.
El tour es solo en inglés; no se ofrecen otros idiomas.
Sí, se permiten animales de servicio durante el recorrido.
Verás la iglesia Hallgrímskirkja, el Parlamento, el jardín de esculturas de Einar Jónsson, arte callejero y panoramas de la ciudad junto al lago.
Tu día incluye un guía local que cuenta historias mientras recorres calles coloridas y murales escondidos; degustaciones de schnapps islandés, pescado seco y dulces; además de paradas en lugares emblemáticos como la iglesia Hallgrímskirkja y el jardín de esculturas de Einar Jónsson, terminando con vistas al lago de la ciudad.
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