Conduce tu propio buggy por auténticos terrenos islandeses: caminos de grava, cascadas secretas y espacios abiertos. Es rápido pero sencillo para principiantes, con todo el equipo incluido y guías que conocen cada rincón de estas colinas.
El viento me azotaba las mejillas mientras avanzábamos por el camino de grava, con el motor del buggy rugiendo bajo nosotros. Nuestro guía, Jón, repartió monos gruesos y cascos en el campamento base Brú; la verdad, agradecí la capa extra. El aire tenía ese olor fresco y terroso que solo se siente después de una llovizna matutina aquí.
Salimos en parejas, saltando sobre campos de lava cubiertos de musgo y pequeños arroyos que cruzaban el paisaje. En un momento, Jón redujo la velocidad para mostrarnos una cascada que caía sobre rocas negras — la llamó “una de esas escondidas que adoran los locales”. La bruma nos alcanzó y se posó en mis guantes. Solo se escuchaba nuestra risa y el crujir de las ruedas sobre las piedras sueltas.
Si compartes buggy, cambiarás de conductor a mitad del recorrido — así todos tienen su turno al volante. No se trata solo de velocidad; es esa sensación de estar en pleno corazón de la naturaleza islandesa, con ovejas que a veces aparecen en el camino (les da igual el tráfico). Todo terminó de vuelta en el campamento, con botas embarradas y sonrisas enormes por todos lados.
¡Claro! No necesitas experiencia, tu guía te explicará todo antes de empezar.
Sí, hay opciones de transporte público cerca, así que llegar aquí es bastante fácil.
¡Para nada! Nosotros te damos monos térmicos, casco y pasamontañas para que estés abrigado y seco.
Este tour es mejor para adultos o adolescentes mayores por normas de seguridad — pregúntanos por los límites de edad si tienes dudas.
Recibirás un mono térmico (créeme, lo vas a necesitar), casco y pasamontañas para tu comodidad y seguridad. Todo está listo para que solo llegues y disfrutes la aventura.
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