Camina por el glaciar Sólheimajökull con crampones reales, pasa detrás de la cascada Seljalandsfoss (prepárate para mojarte) y pisa la arena negra de Reynisfjara mientras observas las olas salvajes del Atlántico, todo con un guía local experto y en grupo pequeño. Momentos que se quedan contigo mucho después de volver a ver las luces de Reikiavik.
No esperaba sentirme tan pequeño al estar al borde del Sólheimajökull. El viento era tan cortante que te despertaba si el madrugón desde Reikiavik no lo había hecho ya. Nuestro guía, Jón, me entregó un casco y crampones—bromeó sobre la “moda islandesa”, lo que rompió el hielo (literalmente). Recuerdo el crujido de mis botas sobre la superficie azul-blanca y el silencio que se hizo cuando todos dejamos de hablar por un momento. Se oía el agua filtrándose en lo profundo del glaciar. Tenía algo de misterio, pero en el mejor sentido.
Empezamos en la cascada Seljalandsfoss—sí, esa que puedes rodear por detrás. Pensé que estaría llena de turistas, pero la verdad es que el frío rocío era como un golpe de energía después de tanto café. Mi amiga intentó hacerse un selfie y casi se le cae el móvil al barro (pero no pasó). Luego visitamos Skógafoss, más ruidosa y con un aire más ancestral. Jón nos contó una leyenda local sobre trolls que viven en los acantilados, aunque solo pillé la mitad porque me distrajo un arcoíris que brillaba en la bruma.
La última parada fue la playa Reynisfjara. La arena negra es más áspera de lo que imaginaba, casi como piedrecillas, y al estar junto a las columnas de basalto sentías que estabas en otro planeta. Las olas del Atlántico aquí son salvajes; Jón no paraba de advertirnos que no nos acercáramos demasiado (las olas tramposas no son broma). Había una mezcla extraña de aire salado y olor a tierra volcánica que se quedó en mi chaqueta por horas. De vuelta a Reikiavik todos guardamos silencio, tal vez cansados o pensando en tanta inmensidad y calma. Aún recuerdo esa vista del glaciar, sobre todo cuando el ruido de la ciudad se vuelve demasiado.
La excursión dura unas 12 horas, incluyendo el transporte desde Reikiavik.
Sí, la caminata guiada por el glaciar Sólheimajökull forma parte del tour.
Sí, se incluye recogida y regreso en paradas designadas de autobús en Reikiavik.
Vístete con varias capas abrigadas y ropa impermeable; se recomiendan botas de montaña con buen soporte para el tobillo.
No se incluye almuerzo; puedes llevar comida o comprar en las paradas del recorrido.
La edad mínima para participar es de 8 años.
Es un tour en grupo pequeño con un máximo de 18 personas por minibús.
Te entregan arneses, piolets, cascos y crampones para caminar seguro sobre el hielo.
Tu día incluye transporte cómodo en minibús con WiFi, recogida y regreso en paradas seleccionadas de Reikiavik, todo el equipo necesario para el glaciar como casco y crampones, y un guía en inglés que conoce cada rincón de la costa sur de Islandia antes de regresar por la tarde.
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