Estarás donde se encuentran los continentes en Thingvellir, verás a Strokkur erupcionar en Geysir, sentirás el rocío helado de Gullfoss, asomarte al cráter Kerid y terminarás sumergido en las cálidas aguas de la Laguna Azul—todo con entradas incluidas y sin preocuparte por conducir. Un día lleno de momentos que no olvidarás.
Lo primero que recuerdo es el aire frío golpeando mis mejillas al salir en Thingvellir. Nuestro guía, Einar, nos mostró el lugar donde literalmente puedes estar entre dos placas tectónicas—bromeó diciendo que ahí les dice a sus hijos que están “en dos sitios a la vez.” El suelo aún crujía un poco por la escarcha, pero se olía ese aire islandés puro, casi metálico. Intenté sacar una foto, pero nada captaba la magia del lugar. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio. Quizá era el jet lag o simplemente ese tipo de sitio.
Seguimos hacia Laugarvatn (Einar nos contó dónde los locales hornean pan bajo tierra—no pude probarlo, pero ahora me arrepiento). Luego Geysir: primero escuchas a Strokkur antes de verlo. El suelo burbujea y de repente un chorro de agua caliente sale disparado a 30 metros. Huele un poco a huevos (azufre, supongo), pero sin ser desagradable. Entramos a tomar sopa porque el viento se estaba intensificando. Después llegó Gullfoss—la cascada te sorprende, ruidosa y salvaje, lanzando su rocío por todos lados. Se me empaparon los guantes, pero no me importó.
El cráter Kerid fue la sorpresa mayor—es un cuenco profundo de roca roja lleno de agua azul helada. Einar nos dijo que tiene unos 3,000 años, y por un momento me sentí diminuto. Los colores son increíbles; ni mi móvil pudo arruinarlos del todo. Luego cruzamos la península de Reykjanes—kilómetros de campos de lava negra y conos extraños que asoman por todos lados. Parecía que conducíamos por otro planeta.
La Laguna Azul fue la última parada, justo cuando la luz empezaba a caer (aquí oscurece temprano). Al meterme en el agua caliente sentí como si mis huesos se descongelaran. Te dan una mascarilla de barro de sílice y una bebida (yo elegí algo con gas). La gente flotaba en silencio o reía en pequeños grupos; nadie tenía prisa por irse. No dejaba de pensar en lo increíble que es que todos estos lugares estén en una excursión de un día desde Reykjavik—y en lo cansado pero feliz que me sentía al volver.
Sí, incluye recogida y regreso a hoteles o puntos de encuentro en Reykjavik.
Sí, la entrada Comfort a la Laguna Azul (con toalla, mascarilla y bebida) y la entrada al cráter Kerid están incluidas.
Es un tour de día completo que cubre todas las paradas principales y regresa por la tarde.
Sí, hay tiempo para comprar comida y bebida en la parada de Geysir.
Sí, es apta para todos los niveles físicos y los bebés o niños pequeños pueden ir en cochecito.
Necesitas traje de baño; las toallas están incluidas con la entrada Comfort.
Sí, hay WiFi disponible en el vehículo durante todo el recorrido.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Reykjavik, transporte con aire acondicionado y WiFi, entradas Comfort para la Laguna Azul (toalla, mascarilla y bebida), y entrada al cráter volcánico Kerid—todo organizado para que solo disfrutes cada instante sin preocuparte por nada.
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