Vive Islandia en tu piel: atraviesa campos de lava en un Super-Jeep desde Reikiavik, huele el azufre en Geysir, siente la bruma de Gullfoss y vuela en moto de nieve sobre Langjökull con un guía local. El frío muerde, pero seguro que te ríes—sobre todo cuando intentas decir “Þingvellir”.
Lo primero que recuerdo es cómo las ruedas del Super-Jeep crujían sobre la grava medio congelada al salir de Reikiavik. Nuestro guía, Siggi, tenía una forma tranquila de señalar detalles, como el musgo que milagrosamente sobrevive los inviernos islandeses. Había visto fotos de Þingvellir antes, pero estar ahí, justo entre esas placas tectónicas, con el aire frío picándome las mejillas y los cuervos volando en círculos, fue mucho más intenso de lo que esperaba. Alguien del grupo intentó pronunciar “Þingvellir” y Siggi solo sonrió—parece que ninguno lo dijo bien.
Después nos dirigimos a la zona de Geysir. Olía a huevos podridos (azufre, explicó Siggi), y cada pocos minutos Strokkur estallaba de repente, haciendo que la gente se sorprendiera o riera. Hubo un momento curioso cuando un niño dejó caer su guante en un charco y su padre lo sacó con un palo—cosas así se quedan en la memoria. Luego seguimos hacia Gullfoss. El ruido del agua era impresionante; si te acercabas, lo sentías vibrar en el pecho. Mis gafas se empañaron con la bruma, pero la verdad, ni me importó.
Pensé que eso sería lo mejor, pero luego llegó el glaciar Langjökull. Nos dieron unos trajes gruesos y cascos—el mío olía un poco a lana mojada—y nos juntaron en parejas para las motos de nieve (yo fui con una chica española que no paraba de gritar “¡más rápido!”). Corriendo por ese blanco infinito, todo se volvió silencio salvo el motor y el viento. En un momento paramos solo para escuchar—no había coches, ni voces, solo el hielo crujiendo a lo lejos. A veces aún recuerdo ese silencio.
Es una excursión de día completo desde Reikiavik con varias paradas: Þingvellir, Geysir, Gullfoss y el glaciar Langjökull.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos o se puede coordinar en paradas de autobús cercanas en el centro de Reikiavik.
Niños desde 6 años pueden unirse si van acompañados por un adulto; cada niño o adolescente debe ir con un adulto responsable.
Sí, es obligatorio presentar una licencia de conducir válida para poder manejar la moto de nieve durante el tour.
Recomiendan ropa de abrigo para exteriores, calzado impermeable, guantes y, por supuesto, una cámara para capturar los momentos.
No se incluyen comidas; es mejor llevar algo para picar o preguntar al guía sobre paradas para comer.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de algunas paradas en el centro de Reikiavik.
El precio es por persona y se comparten las motos de nieve de a dos durante la ruta por el glaciar.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Reikiavik (o en paradas cercanas), todo el equipo necesario para la moto de nieve en el glaciar Langjökull—con equipo de seguridad—y la guía experta de un local en cada parada del Círculo Dorado.
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