Te sumergirás en el corazón del hurling en Kilkenny: desde un vestuario real donde aprenderás el deporte más antiguo de Irlanda, hasta practicar en el campo y compartir historias en un pub tradicional. Risas, buen ambiente, equipo incluido y quizá te vayas con manchas de hierba y nuevos amigos.
Ya estábamos apretados en el viejo vestuario de Freshford cuando me di cuenta de lo que significa el hurling aquí. Las paredes tenían marcas, las botas golpeaban los bancos, y nuestro guía—Mick, que juega desde los seis años—nos sonreía como si estuviéramos a punto de salir a un campeonato. Nos pasó los hurleys (los palos) y cascos, explicando que este deporte es más antiguo que muchos países. Se olía a hierba y a algo más—quizá cuero viejo. Alguien bromeó con “el sudor de las leyendas”. Me reí, pero la verdad es que se sentía casi sagrado.
Mick nos contó historias de los equipos de Kilkenny y señaló nombres grabados en los casilleros. Luego empezó a mostrarnos movimientos ahí mismo, haciendo que probáramos el agarre hasta que los nudillos quedaran perfectos. Mi primer swing fue un desastre (casi me pego en la rodilla), pero a nadie le importó. Una pareja de Toronto se metió de lleno—ella logró un buen golpe al suelo en su tercer intento y todos aplaudieron. Se escuchaban risas rebotando en esas frías paredes de piedra.
Salimos al campo que Mick llamó “el campo de los sueños”. La hierba estaba húmeda bajo los pies, nubes bajas sobre los tejados del pueblo. Nos enseñó pases con la mano y carreras en solitario—yo perdía la sliotar (la pelota) una y otra vez, pero no me molestaba. Es rápido, casi salvaje, pero tiene un ritmo que te atrapa. En un momento me detuve solo para mirar alrededor—la aguja de la iglesia asomando entre los setos, algunos locales mirando desde la cerca con media sonrisa, como si esto ya lo hubieran visto mil veces.
Después nos metimos en un pub cercano donde Mick nos dio una clase rápida de historia mientras tomábamos unas pintas (intenté pronunciar “Cill Chainnigh” y fallé). El lugar olía a humo de leña y Guinness derramada; alguien puso un partido antiguo de la GAA en la tele y de repente todo tuvo sentido: por qué aquí se ama tanto este juego. Aún recuerdo esa sensación—ser parte de algo más grande que tú por una tarde.
Sí, no necesitas experiencia previa—el guía enseña todo paso a paso.
La experiencia es en el pueblo de Freshford, cerca de Kilkenny.
Sí, incluyen hurleys (palos), cascos y pelotas para todos.
Sí, parte de la experiencia es en un pub local después de jugar.
Freshford está a unos 20 minutos en coche desde el centro de Kilkenny.
No incluye comida; las bebidas en el pub corren por cuenta propia.
Sí, los niños pueden unirse pero deben ir acompañados por un adulto.
Sí, es accesible y apta para distintos niveles físicos.
Tu día incluye uso de hurleys (palos), cascos y pelotas para todos; guía local experto; acceso a parking y baños; además de tiempo en el campo y en un pub tradicional compartiendo historias tras jugar.
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