Únete a un guía vikingo disfrazado para recorrer las calles medievales de Dublín, escucha leyendas nórdico-gaélicas fascinantes y maneja réplicas de espadas y hachas (bajo supervisión). Risas, color local y detalles sorprendentes sobre los orígenes de Dublín, más vivos que cualquier libro de historia. Quizá hasta te den ganas de blandir un hacha otra vez algún día.
He hecho varios tours a pie por Dublín, pero ninguno como seguir a un “vikingo” con barba por el centro mientras la gente en Dame Street te mira y los niños te saludan. Nuestro guía—Einar, o al menos así se presentó—tenía una risa profunda que resonaba entre las paredes de piedra cerca de Christ Church. Se olía la lluvia en el aire, pero aguantó justo el tiempo para que me entregara un auténtico hacha (réplica, claro). Sonrió y dijo: “Tranquilo, hoy no vas a saquear.” No sabía si estaba más aliviado o decepcionado.
Nos adentramos por callejones serpenteantes del Barrio Vikingo y Medieval, parando donde Einar señalaba lugares de antiguas sagas nórdicas y datos que jamás había escuchado (al parecer, Dublín fue fundada por vikingos que valoraban la cerveza tanto como la batalla). Hubo un momento frente a St. Audoen’s donde nos habló de las primeras murallas de la ciudad—casi podía imaginar el barro y la madera bajo mis pies. El aroma a pan fresco de una panadería cercana se mezclaba curiosamente con el cuero del disfraz de Einar. En un momento nos dejó sostener una espada—aunque vigilaba con ojo avizor, bromeaba sobre “seguridad laboral” y nos hacía reír a todos.
No esperaba engancharme tanto con las historias—quizá fue el acento de Einar o lo mucho que disfrutaba hablando de la historia nórdico-gaélica. Mencionó haber salido en programas como Vikings, y tenía sentido porque parecía sacado del siglo IX (salvo por las zapatillas que asomaban bajo la piel). No fue una clase aburrida, sino como pasear con alguien que nació aquí y sabe qué piedras esconden secretos. El tour terminó cerca de Wood Quay; para entonces tenía las manos heladas de sujetar el escudo, pero no me importó. A veces, en los viajes, surgen momentos raros donde te sientes conectado con desconocidos y leyendas al mismo tiempo—¿sabes?
Sí, los niños pueden participar e incluso ir en cochecitos o sillas de paseo durante el recorrido.
El tour es totalmente accesible para sillas de ruedas y se permiten animales de servicio.
Podrás manejar réplicas auténticas de espadas, escudos y hachas bajo supervisión.
No se especifica la duración exacta, pero espera una experiencia interactiva con varias paradas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de inicio.
Tu día incluye un paseo interactivo por el Barrio Vikingo y Medieval de Dublín con un guía guerrero disfrazado que hace la historia viva con relatos y humor; podrás manejar réplicas de espadas, escudos y hachas bajo supervisión—y todo es accesible, ya sea que uses cochecito o silla de ruedas.
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