Saldrás de Dublín hacia el verde sureste de Irlanda, recorrerás Kilkenny medieval con un guía local, verás perros pastores en acción en una granja real de Wicklow (con tiempo para conocer corderos) y pasearás entre ruinas antiguas en Glendalough. Un día lleno de risas, aire fresco, historias y momentos que se quedan contigo mucho después de volver a casa.
¿Te has preguntado alguna vez cómo se siente estar en Kilkenny con el aroma de scones recién hechos saliendo de una panadería? Salimos temprano desde Dublín—con tres puntos de recogida para evitar prisas—y nuestra guía, Maeve, tenía historias para cada calle que cruzábamos. No esperaba estar riéndome de las carreras planas irlandesas antes de las 9 de la mañana, pero así fue. El trayecto por Kildare fue un paisaje de campos ondulados y caballos moviendo la cola entre la niebla. Casi podías saborear el rocío, si eso tiene sentido.
Kilkenny me sorprendió. Hay algo en esas calles empedradas—quizás es cómo la luz del sol rebota en las paredes del castillo o cómo la gente te saluda como si fueras de allí. Maeve nos llevó en un paseo a pie (opcional, pero realmente vale la pena) por callejones que parecían secretos y junto a talleres abiertos donde los plateros trabajaban a martillazos. Intenté pronunciar “Butler House” con acento irlandés; me gané unas risas de los locales. Cafés artesanales por todas partes—si puedes, prueba algo con mermelada de grosella negra.
Después subimos a las montañas de Wicklow. El viento en la cima del Gap era tan cortante que te despertaba al instante—mi pelo todavía no me lo perdona. Luego llegó mi parte favorita: la granja de ovejas. Ver a los collies correr por la hierba mojada mientras el pastor silbaba—de verdad, podría haberme quedado toda la tarde. Nos dejó hacer preguntas (“¿Cómo se entrenan?”) y no le importó que algunos solo quisieran acariciar a los corderos.
Glendalough fue más tranquilo de lo que esperaba—un silencio sobre las piedras antiguas y las torres redondas donde una vez caminó San Kevin (Maeve tenía historias para rato). El lago estaba como un espejo frío; me senté un momento a escuchar los pájaros y pensar en cuántos pies han pisado esos caminos desde el 600 d.C. A veces viajar es ruido y movimiento, pero aquí era solo... calma. Difícil de explicar, pero no dejo de recordarlo.
La excursión dura todo el día con varias paradas, incluyendo Kilkenny, las montañas de Wicklow, el sitio monástico de Glendalough y una granja de ovejas en funcionamiento.
No incluye almuerzo fijo, pero hay muchas opciones para comer en cafés artesanales en Kilkenny o tomar algo en Glendalough.
Sí, el guía ofrece paseos a pie tanto en Kilkenny como en el sitio monástico de Glendalough.
Niños mayores de 2 años pueden unirse; bebés menores de 2 no están permitidos en esta excursión.
No hay recogida en hotel; en cambio, hay tres puntos céntricos en Dublín donde puedes unirte al grupo.
Sí, visitarás una granja irlandesa en Wicklow con demostración de perros pastores y tiempo para interactuar con los animales.
Sí, todos los autobuses cuentan con WiFi gratuito durante todo el trayecto.
Pasarás alrededor de dos horas en el sitio monástico de Glendalough, incluyendo un paseo guiado opcional.
Tu día incluye transporte en autobús con WiFi gratis desde puntos céntricos en Dublín, entradas a todos los sitios visitados, paseos guiados a pie en Kilkenny y Glendalough, además de una parada en una granja de ovejas irlandesa con demostración en vivo de perros pastores—y tiempo suficiente para comer o tomar un café antes de regresar cómodo a Dublín.
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