Entrarás a la Torre de Londres antes que los demás, vivirás la ceremonia de apertura en grupo reducido, verás las Joyas de la Corona sin multitudes y recorrerás muros milenarios con un guía local que conoce cada historia curiosa. Terminarás el día con un pase flexible para un crucero por el Támesis, para que navegues cuando quieras.
Nunca pensé que me pondría nervioso esperando fuera de un lugar como la Torre de Londres, pero ahí estábamos, justo después del amanecer, moviendo los pies con el aire frío de Londres. Nuestro guía, James (con ese humor seco británico), nos entregó los pases y susurró algo sobre “lo mejor está por venir”. De repente, aparecieron los Yeoman Warders con sus uniformes. La ceremonia de apertura no fue ruidosa ni dramática, más bien un ritual tranquilo con llaves y palabras antiguas resonando entre la piedra. Se sentía raro entrar antes que nadie. No podía dejar de mirar el puente vacío detrás de nosotros.
Dentro, casi no había ruido salvo el eco de botas sobre las losas y un cuervo que hacía un extraño sonido. Fuimos directo a la Casa de las Joyas, sin ninguna fila. James nos señaló detalles en una de las coronas (no recuerdo de qué rey, perdón James) y nos pidió que buscáramos pequeñas inscripciones en algunas espadas. Las joyas en sí son… bueno, hay que verlas para creerlo. Me sorprendí sonriendo como un niño. En esas salas se percibe un leve olor metálico, ¿será por todo ese oro? O quizás solo mi imaginación volando.
Después paseamos por las murallas, echamos un vistazo al dormitorio de Eduardo I (extraño ver una cama tan antigua) y paramos junto a los cuervos. Uno se acercó saltando — aquí son como pequeñas celebridades. Alguien preguntó si podía llevárselo a casa; James se rió y dijo “solo si quieres que Londres caiga”. La Torre Blanca fue lo último — tanta armadura por todos lados y esas escaleras estrechas donde hay que tener cuidado para no pasar vergüenza. En algún momento perdí la noción del tiempo por completo.
La visita terminó con un pase flexible para un crucero por el río, que la verdad fue un premio después de tanto caminar. Más tarde, navegamos frente a Westminster, viendo cómo el sol brillaba sobre el Támesis. Aún recuerdo lo silencioso que fue todo dentro de la Torre en esos primeros momentos, en contraste con el bullicio afuera. Si tienes la oportunidad de entrar temprano, no lo dudes — hay algo especial en ver cómo la historia despierta antes que nadie.
El tour comienza temprano, antes del horario habitual; la hora exacta varía según la temporada pero siempre permite entrar antes que el público general.
Sí, serás de los primeros en entrar para ver las Joyas de la Corona durante tu visita.
No, no incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cercanas para llegar fácilmente.
La experiencia completa con la ceremonia dura varias horas; también hay una opción de 2.5 horas sin ceremonia para quienes tengan poco tiempo.
No se incluyen comidas; solo la visita guiada, entradas y el pase flexible para el crucero por el río.
Este tour no es apto para personas con movilidad reducida o en silla de ruedas debido a escaleras y superficies irregulares.
Recibirás un billete de ida válido desde varios muelles (Tower, Westminster, Greenwich o London Eye) para usar en el horario que elijas cualquier día.
Tu día incluye acceso anticipado sin colas a la Torre de Londres y la Casa de las Joyas con entrada prioritaria para ver las Joyas de la Corona, narraciones expertas de un guía local en inglés que revive historias centenarias mientras recorren juntos pasillos y murallas antiguas, y termina con un billete flexible para un crucero turístico por el Támesis para que navegues a tu ritmo después.
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