Recorre pueblos de cuento en los Cotswolds con un guía local, toma té donde los vecinos se reúnen, explora callejones ocultos solo accesibles en grupos pequeños y escucha historias de comerciantes laneros y casas encantadas. No es solo ver, es reír en puentes antiguos y acabar el día con zapatos embarrados.
Confieso que imaginaba los Cotswolds como una postal perfecta, casi irreal. Pero la primera sorpresa fue nuestro guía (¿Mark? ¿Mike? Aún no lo tengo claro), saludándonos con un cartel verde brillante junto al toro de bronce en la estación de Oxford, bromeando sobre el típico clima inglés, aunque por suerte ese día hacía sol. La furgoneta solo tenía seis plazas, así que ya se sentía más como un viaje con nuevos amigos que un simple tour.
Recorrimos caminos estrechos, imposibles para autobuses grandes, y de repente aparecieron tejados de paja y chimeneas torcidas por todas partes. En Lower Slaughter (el nombre siempre me hace sonreír), se oía el agua correr sobre las piedras y el aroma a leña quemada salía de detrás de los setos. Mark nos señaló qué casas habían pertenecido a escritores famosos o incluso a la realeza, pero yo estaba distraído con el suave balido de las ovejas que llegaba desde los campos. Esa piedra dorada al amanecer tiene una magia que no se capta en las fotos.
Bourton-on-the-Water estaba más animado, pero tuvimos tiempo para perdernos por nuestra cuenta. Tomé un té en un local diminuto donde la dueña llamaba “cariño” a todo el mundo, mientras observaba a los patos mandar sobre la gente junto al río. Para comer, cada uno eligió lo que quiso; yo no pude resistirme a unos scones. Más tarde, en Minster Lovell, exploramos unas ruinas antiguas mientras Mark contaba historias de fantasmas; juraba que eran ciertas, aunque su sonrisa decía lo contrario. Me embarré los zapatos y no me importó nada.
Al final, volviendo a Oxford con las piernas cansadas y migas en los bolsillos, no dejaba de pensar en esos rincones tranquilos que los tours grandes no alcanzan. No se trata solo de pueblos bonitos, sino de la sensación de estar allí, compartiendo risas con desconocidos que pronto dejan de serlo.
El tour dura unas siete horas, comenzando y terminando en la estación de tren de Oxford.
Sí, la recogida es en la estación de tren de Oxford, junto a la estatua del toro de bronce a las 10 de la mañana.
Visitarás lugares como Lower Slaughter, Bourton-on-the-Water, Burford, Swinbrook, Minster Lovell y otros pueblos pequeños del valle de Windrush.
El grupo está limitado a siete personas por vehículo para una experiencia más cercana y personal.
No incluye comida fija; tendrás tiempo libre en Bourton-on-the-Water para elegir dónde comer o tomar un té.
Sí, el transporte es accesible para sillas de ruedas si van acompañadas de alguien que pueda ayudar a subir y bajar.
Niños a partir de 5 años pueden participar, siempre acompañados por un adulto; hay asientos especiales para bebés si se necesitan.
Tu día incluye recogida en la estación de tren de Oxford con tu guía local, transporte cómodo en minivan con aire acondicionado y limitado a siete personas para acceder a pueblos pequeños que otros tours no alcanzan, además de tiempo libre para explorar lugares como Bourton-on-the-Water a tu ritmo antes de volver a Oxford por la tarde.
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