Prueba donas frescas de las mejores panaderías de Londres, disfruta té mientras recorres Borough Market con un guía local y sorpréndete con vistas inesperadas de Tower Bridge. Risas, dedos pegajosos y historias que se quedan mucho después del último bocado.
Para ser sincero, no esperaba comenzar la mañana en Londres pensando en donas, pero ahí estábamos, frente a St. John Bakery, con el aroma a azúcar recién horneada que salía cada vez que alguien abría la puerta. Nuestro guía (¿James? ¿Jamie? Soy pésimo con los nombres) nos entregó la primera ronda con una sonrisa como si supiera lo que venía. La masa era suave, casi esponjosa, y la mermelada tenía un sabor más vibrante que cualquier otra que haya probado en casa. Alguien del grupo intentó comerse la dona en dos bocados — error de novato.
Después caminamos por Borough High Street, haciendo una pausa cuando James señaló un pub donde, según él, Dickens solía beber (lo dijo guiñando un ojo, así que quién sabe). La ciudad se sentía animada pero sin prisas — gente cruzando a nuestro alrededor con sus desayunos, un ciclista sonando la campana justo detrás de mi hombro. No podía dejar de mirar los escaparates; hay algo en el cristal londinense que siempre parece un poco empañado por la lluvia. Paramos de nuevo para otra ronda de donas (ya estaba casi lleno), esta vez justo al lado de Borough Market. La verdad, el mercado es más bullicioso de lo que esperaba — vendedores gritando ofertas, niños riendo detrás de un puesto de quesos.
La tercera parada estaba dentro del mercado, junto a una escuela de pastelería donde se veían bandejas de masa fermentando detrás del cristal. El panadero nos saludó — o tal vez a James — y alguien preguntó si alguna vez habíamos intentado hacer donas en casa. Me reí porque hasta mi pan de plátano sale raro y denso. Para entonces, tenía las manos pegajosas de azúcar y té (también te dan agua embotellada), pero a nadie parecía importarle.
La última parada fue en Crosstown Doughnuts — que no es solo sobre dulces. Desde ahí hay una vista de Tower Bridge que te sorprende cuando menos lo esperas. Es curioso cómo los tours de comida terminan siendo menos sobre la comida y más sobre esos pequeños momentos: alguien contando una historia de la abuela cocinando, o darte cuenta de que llevas media hora sonriendo sin darte cuenta. Todavía pienso en ese relleno de mermelada cuando espero el bus en casa.
El tour dura unas 2 horas y recorre aproximadamente 3 kilómetros a pie.
Sí, incluye té, agua embotellada y varias degustaciones de donas.
Tendrás una vista espectacular de Tower Bridge en la última parada, pero no se cruza ni se entra al puente durante el recorrido.
Sí, bebés y niños pequeños son bienvenidos; se permiten cochecitos o carriolas.
La primera parada es St. John Bakery, cerca de Borough High Street en Londres.
Sí, parte del recorrido incluye pasear por Borough Market con tu guía.
Tu mañana incluye varias rondas de donas frescas de las mejores panaderías de Londres, mucho té (y agua embotellada si la necesitas), todo acompañado por un guía local que comparte historias mientras recorres Borough Market rumbo a Tower Bridge — sin preocuparte por entradas o logística.
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