Vas a recorrer arrozales verdes, probar el famoso columpio de Bali, explorar templos antiguos con historias locales y refrescarte en una cascada — todo en un día con alguien que conoce cada atajo y rincón secreto.
El aire de la mañana en Ubud siempre se siente un poco más fresco que en la costa. Salimos del hotel justo después de las 9 am; nuestro conductor ya nos esperaba con una gran sonrisa. Para las 10, íbamos serpenteando por caminos estrechos bordeados de palmeras y pequeños warungs que vendían café negro dulce. La primera parada: esas famosas terrazas de arroz. Había visto fotos antes, pero estar ahí es otra cosa: se escucha el agua correr entre los cultivos y ves a los agricultores con sus sombreros anchos trabajando en silencio. Es un lugar de paz, salvo por algún gallo que canta cerca.
Luego llegó el momento del columpio, sí, ese que ves en todas las fotos de Instagram. Confieso que el corazón me latió fuerte al subirme. La vista es espectacular: verde por todos lados y el viento golpeando tu cara. Nuestro guía tomó fotos (sabía exactamente los mejores ángulos). Al mediodía llegamos al templo Gunung Kawi. Aquí hay que usar sarong; nos lo dieron en la entrada, y bajamos varias escaleras de piedra bajo la sombra de árboles banyan. El aroma a incienso flota en el aire y se escuchan cánticos desde los santuarios.
Después, subimos a Kintamani para almorzar con vistas al monte Batur y su cráter humeante. Si tienes suerte con el clima, verás nubes deslizarse por el borde del volcán — una imagen casi mágica. Más tarde, paramos en Tirta Empul, el templo del agua sagrada. Los locales hacían fila para los rituales de purificación; nuestro guía nos explicó el significado de cada fuente. La última parada fue la cascada Tegenungan justo antes del atardecer — el sonido del agua cayendo es más fuerte de lo que imaginas. Regresamos al hotel cerca de las 7 pm, cansados pero felices de verdad.
El tour incluye caminatas y escaleras (especialmente en Gunung Kawi), por lo que puede ser complicado para quienes tienen movilidad reducida o niños muy pequeños.
Lo mejor es ropa ligera porque al mediodía hace calor. Para los templos te dan un sarong. Lleva protector solar y quizá un cambio si quieres acercarte a la cascada.
¡Claro! Solo avisa a tu conductor tus preferencias; son flexibles y felices de ajustar los tiempos cuando se pueda.
Tu transporte incluye agua embotellada, WiFi a bordo (ideal para compartir fotos al instante), sarongs para los templos y todas las donaciones cubiertas — sin costos extras inesperados.
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