Sumérgete en el lado espiritual de Bali: conoce a un sanador real, participa en un ritual de purificación en un templo con locales, observa a maestros talladores en Mas Village y recorre las icónicas terrazas de arroz de Tegalalang, todo en un solo día.
El aire de la mañana en Ubud tiene ese aroma suave y terroso, casi dulce después de la lluvia de anoche. Comenzamos el día en Mas Village, donde el sonido de cinceles sobre la madera resonaba desde los talleres abiertos. Nuestro conductor, Ketut, nos explicó la diferencia entre la teca y la madera suar mientras observábamos a un artesano mayor tallar a mano la cola de un dragón. Se siente el orgullo en su trabajo: sin prisas, solo manos cuidadosas y concentración silenciosa. Intenté sostener una de sus herramientas (torpemente), pero se rieron y me mostraron cómo inclinarla correctamente.
Luego fuimos a la casa del sanador. Está escondida detrás de un pequeño santuario, con pétalos de frangipani esparcidos en los escalones. La sesión fue a la vez extraña y reconfortante: presionó suavemente su pulgar sobre mi muñeca y cerró los ojos por un momento. Había incienso ardiendo cerca; se mezclaba con el olor a hierba mojada. Habló en voz baja sobre bloqueos energéticos y hasta mencionó algo muy específico sobre mi tendencia a darle demasiadas vueltas a las cosas (lo que me llegó al corazón). Salí sintiéndome más ligero, de verdad.
Después nos dirigimos a Tirta Empul, el Templo del Manantial Sagrado. Con sarongs atados a la cintura, nos unimos a los locales en la fila para las piscinas de purificación. El agua estaba más fría de lo que esperaba; al primer chapuzón me hizo jadear. Nuestro guía explicó qué fuentes usar para diferentes intenciones: una para soltar preocupaciones, otra para dar gracias. Había niños chapoteando cerca y mujeres equilibrando ofrendas en la cabeza. No había prisa; todos se tomaban su tiempo bajo cada chorro.
Terminamos en las terrazas de arroz de Tegalalang justo cuando el sol rompía entre las nubes. Las terrazas parecían casi de un verde neón después de la lluvia, un mosaico de senderos estrechos y pequeños santuarios escondidos entre los arrozales. Los agricultores saludaban al pasar con cestas sobre los hombros. Paramos en un pequeño warung con vista a los campos para tomar agua de coco (el dueño bromeó que los turistas siempre piden hielo extra). Es uno de esos lugares donde quieres quedarte un poco más antes de regresar.
¡No se necesita experiencia! Nuestro guía te acompaña en cada paso y explica todo claramente.
Sí, contamos con asientos especiales para bebés si los necesitas. Solo avísanos al reservar.
Lo mejor es ropa cómoda; se proporcionan sarongs para las visitas al templo. Lleva protector solar y quizá un cambio de ropa si planeas mojarte durante la purificación.
El transporte privado está incluido durante toda la excursión para tu comodidad y conveniencia.
Esta excursión incluye transporte privado todo el día, sarongs y ofrendas balinesas para la entrada al templo, además de la guía de expertos locales amigables que conocen cada rincón de estos lugares.
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