Si quieres probar el verdadero sabor de Chennai, más allá de los menús de hotel, este paseo por Sowcarpet es para ti. Degustarás snacks locales en puestos de confianza, escucharás historias de alguien que conoce cada rincón y saldrás satisfecho (y quizás un poco desordenado). Ideal si tienes hambre y curiosidad.
Justo frente a Joonus Sait and Sons, el aire de la tarde ya olía a masa frita y cardamomo. Nuestra guía, Priya, nos llamó a las 4 en punto—se movía con una facilidad entre la gente que hacía que ninguno nos perdiéramos en el laberinto de callejones. La primera parada fue un puesto de chaat escondido detrás de unas cajas apiladas. Observé cómo el vendedor mezclaba puris crujientes, papas y un chutney ácido que me hizo cosquillas en la lengua. Comer con las manos aquí tiene algo especial—simplemente se siente natural.
Nos adentramos más en Sowcarpet, esquivando bicicletas y charlando con los locales. En una esquina, un hombre mayor nos preparó limonadas frescas—sus manos se movían tan rápido que casi no lo vi. La burbujeante bebida cortaba perfecto el calor. Priya señaló un lugar famoso por sus sándwiches de murukku; la verdad, nunca había oído hablar de ellos. Las espirales crujientes rellenas con chutney picante eran extrañamente adictivas. Probamos idlis thattu recién sacados del vapor, que empañaron mis gafas por un momento. Y luego estaba el pal kova—dulce, cremoso y pegajoso, vendido al peso en una caja metálica desgastada.
Durante el recorrido, Priya nos contó historias sobre por qué aquí se comen ciertos platos en días de fiesta o cómo algunos puestos llevan abiertos desde la época de su abuelo. Incluso nos advirtió de qué sitios evitar si no estás acostumbrado a lo picante (una buena recomendación para mí). Al final, estaba lleno pero con ganas de probar cada aroma nuevo que llegaba de otro carrito. Volvimos al punto de partida—mi camisa un poco manchada, pero la cabeza llena de sabores nuevos y curiosidades sobre la comida de Chennai.
El recorrido es de unos 2-3 km a paso tranquilo, con muchas paradas para comer y beber.
¡Claro! La mayoría de los platos en esta ruta son vegetarianos—como chaats, idlis y dulces.
Visitamos solo puestos confiables que conoce bien nuestra guía. También incluimos agua embotellada.
Niños que disfruten probar comidas nuevas son bienvenidos. Eso sí, en algunos lugares puede haber mucha gente.
Tu entrada incluye todas las degustaciones de comida callejera del recorrido—chaats, snacks como el sándwich de murukku y el thattu idli, dulces como el pal kova, bebidas frías, agua embotellada y las historias y consejos de tu guía local.
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