Recorre los callejones vibrantes de Dharavi con un guía local, conoce a quienes trabajan en reciclaje y cerámica, prueba poppadoms frescos y termina con una bebida fría mientras aprendes cómo tu visita apoya proyectos comunitarios. Momentos sinceros y historias reales, no es un simple tour turístico.
Alguien me ofrece una taza de chai antes de que me dé cuenta de que nos hemos detenido—el vapor se eleva en el aire de la mañana, mezclándose con el olor metálico y algo dulce que no logro identificar. Nuestro guía, Arjun, ya nos va metiendo en el ritmo de los callejones de Dharavi. Saluda a la gente por su nombre, a veces cambia al maratí o hindi en medio de la frase. Intento seguirle el paso pero más que nada observo cómo se mueve todo el mundo—un asentimiento rápido, un saludo con la mano de una mujer que carga una pila de botellas de plástico. La palabra clave aquí es “tour por el barrio de Dharavi”, pero en realidad no se siente como un tour, sino como si te dejaran entrar en el día a día de alguien más.
La zona de reciclaje vibra con el ruido de las máquinas, niños corriendo entre montones de plásticos ya clasificados. En un momento me sorprendo mirando una montaña de botellas de champú usadas y pensando en dónde acabarán las mías en casa. Entramos en Kumbharwada, la colonia de ceramistas, donde el polvo de arcilla flota en la luz y un hombre mayor nos muestra cómo gira los cuencos en su torno. Me dan ganas de probar, pero me quedo mirando; sus dedos son tan firmes que resulta casi hipnótico. Alguien nos ofrece poppadoms recién hechos—salados y crujientes, nada que ver con los que sirven en los restaurantes. Li se ríe cuando intento decir “gracias” en maratí—seguro lo dije fatal.
No se permite hacer fotos dentro de Dharavi (lo cual tiene sentido), así que tienes que guardar todo en la memoria—la forma en que la luz atraviesa los techos de chapa, o cómo el grupo quedó en silencio al subir a la azotea para ver esta “ciudad dentro de la ciudad”. Luego volvimos a la oficina para tomar algo frío y nos contaron que parte de lo que pagamos va a materiales escolares para los niños del barrio. No fue lo que esperaba—pensé que sería más pesado—pero sobre todo fue… humano. Y sí, a veces todavía recuerdo esa vista.
No, por respeto a los residentes no se permite tomar fotos dentro de Dharavi.
Los grupos son de máximo seis personas para una experiencia más cercana.
La comida es opcional y tiene un costo extra; sí se incluye agua o bebida fría.
El tour termina en la oficina del operador dentro de Dharavi tras recorrer las zonas principales.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de Dharavi.
Se recomienda vestir de forma conservadora; ropa que cubra hombros y rodillas según las normas locales.
Sí, parte de tu pago apoya proyectos educativos dentro de Dharavi.
Tu día incluye un recorrido guiado a pie por las industrias de Dharavi como reciclaje y cerámica, grupos pequeños para una experiencia cercana, agua o refresco al final del paseo (con opción de almuerzo), y una explicación de cómo tu reserva financia proyectos educativos locales antes de volver al bullicio de Mumbai.
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