Si buscas algo más que solo turismo, esta experiencia de camping nocturno te conecta de verdad con el desierto. Pasearás en camello al atardecer, dormirás en una tienda cómoda bajo un cielo estrellado y visitarás un memorial que acerca la historia. Es relajado, personal y lleno de momentos únicos que no encontrarás en las guías.
El cálido aire del desierto nos envolvió nada más dejar atrás la ciudad. Nuestro conductor, Raj, nos contó sobre su infancia entre las dunas mientras el color de la piedra arenisca se transformaba en dorado. El camino al campamento duró menos de una hora, tiempo suficiente para ver algunas cabras sueltas y un puesto de chai donde locales se reunían alrededor de vasos diminutos. Ya entrada la tarde, la luz cambiaba, suavizando todo a su paso.
Subimos a nuestros camellos—el mío se llamaba Raju, un poco gruñón pero confiable—y nos adentramos en la arena. Solo se escuchaban los suaves gruñidos de los camellos y el viento acariciando el entorno. El atardecer aquí no es ruidoso ni espectacular; es lento, casi sigiloso. Nuestro guía señaló un solitario árbol khejri y nos explicó cómo la gente usa su sombra para descansar en verano. Cuando el cielo se tiñó de rosa y naranja, paramos para tomar té y picar algo justo en las dunas. Sin multitudes, solo nosotros y un par de escarabajos que se cruzaban.
Al caer la noche, llegamos a nuestra tienda—con camas de verdad, sábanas limpias e incluso un baño privado (algo que no esperaba aquí). La cena fue tipo buffet: dal, roti, unas papas picantes y de postre jalebi dulce. Se escuchaba música a lo lejos de otro campamento, pero el nuestro se sentía tranquilo, casi íntimo. La mañana llegó temprano con el canto de los pájaros y un poco de fresco en el aire—el desayuno fue sencillo pero caliente, y honestamente, el café nunca me supo tan bien como allí.
De regreso, hicimos una parada en el Memorial de Guerra Longewala. El guía compartió historias de 1971—personas reales, batallas reales. No es un lugar grande, pero se siente el peso de la historia. Nos tomamos nuestro tiempo antes de volver a la ciudad de Jaisalmer, con la arena aún pegada a los zapatos.
Sí, cada tienda de lujo cuenta con baño privado y agua corriente.
Claro, la recogida y regreso en cualquier punto de Jaisalmer está incluido.
Lleva ropa cómoda, una chaqueta ligera para la noche y tu cámara. Todo lo demás está listo en el campamento.
El paseo es suave pero no recomendado para personas con problemas de espalda o corazón. Los niños pueden ir acompañados de un adulto.
El tour incluye transporte privado, recogida y regreso al hotel en Jaisalmer, agua embotellada, paseo en camello al atardecer, snacks, cena buffet, desayuno, té o café y una noche en tienda de lujo con baño privado. Solo tienes que presentarte, el resto está todo preparado.
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