Caminarás por Ejipura acompañado de alguien que conoce cada rincón. Verás cómo la comunidad se apoya en el centro, la clínica y la ayuda alimentaria. Es una experiencia reveladora, llena de calidez y historias reales que no encontrarás en otro lugar.
Lo primero que me llamó la atención fue el sonido: niños riendo detrás de unas lonas azules, el claxon lejano de un auto que se abre paso por callejones estrechos. Nos encontramos con nuestra guía, Kavitha, justo junto a un puesto de chai donde el aire olía a jengibre y polvo. Ella creció aquí y parecía conocer a todos; cada pocos pasos alguien la saludaba o gritaba su nombre.
La primera parada fue el centro comunitario Swabhimaan. Las paredes estaban llenas de huellas de manos pintadas por los niños del barrio, algunas aún con pintura fresca. Dentro, un grupo de niños sentados en el suelo resolvían problemas de matemáticas mientras dos voluntarios los ayudaban. Una profesora nos contó que aquí organizan actividades después del colegio todos los días, llueva o truene (y créeme, cuando llueve en Bengaluru, es de verdad). El ambiente era esperanzador: lleno de movimiento pero tranquilo.
Después de una corta caminata llegamos a la clínica Swabhimaan. No hay ningún cartel llamativo afuera, solo una pizarra escrita a mano y una fila de personas esperando en silencio su turno. Por solo 10 rupias (unos 12 céntimos), cualquiera puede ver al médico y conseguir medicinas básicas. El doctor Prakash nos explicó que atienden desde resfriados hasta enfermedades crónicas con los recursos que tienen. El olor a desinfectante se mezclaba con un aroma especiado que venía de una ventana cercana.
La última parada fue el centro de distribución de alimentos, escondido detrás de unas tienditas que venden plátanos y baldes de plástico. Allí, los voluntarios entregan arroz y lentejas a las familias que más lo necesitan, sin papeleo ni complicaciones, solo sonrisas rápidas y agradecimiento silencioso. Kavitha nos contó que todo lo recaudado en tours como este se destina directamente a estos programas a través de la Fundación Swabhimaan, que lleva aquí desde 2002.
¡Sí! Los niños son bienvenidos siempre que puedan caminar distancias cortas y estar en lugares concurridos.
La caminata suele durar unas 2 horas, dependiendo del ritmo del grupo y las preguntas que surjan.
Si quieres ayudar, lo mejor es preguntar a tu guía qué se necesita o donar directamente a la Fundación Swabhimaan durante la visita.
Puedes hacer fotos en la mayoría de las paradas, pero siempre pide permiso antes de fotografiar a personas o dentro de las instalaciones.
Tu recorrido incluye agua para beber (lleva tu propia botella) y la guía de un líder local que conoce Ejipura al detalle.
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