Sumérgete en el vibrante mundo del pinball en Budapest con entrada rápida y juego ilimitado en más de 160 máquinas vintage, algunas desde los años 40, con ayuda amable si la necesitas. Compra snacks en el bar, quédate todo el tiempo que quieras y déjate llevar por una tarde de pura diversión retro que no olvidarás pronto.
Ya estábamos en la mitad de nuestra segunda partida en la antigua máquina de Star Wars de los 80 cuando me di cuenta de cuánto tiempo había pasado. El Museo del Pinball de Budapest está escondido bajo una calle común cerca de la Isla Margarita—sin un gran cartel, solo una puerta pequeña y de repente entras en este laberinto de luces y sonidos tenues. Huele un poco a madera vieja y palomitas, que en realidad encaja perfecto. Había un chico en la recepción que sonrió cuando nos vio boquiabiertos—creo que le dijo algo en húngaro a su amigo sobre “primerizos”. Nos entregó las entradas (sin hacer cola, lo que fue casi demasiado fácil) y nos dejó pasar.
No sé si es la nostalgia o la extraña alegría de darle a las palancas, pero hay algo especial en estar hombro con hombro con desconocidos, cada uno concentrado en su juego. Se escuchan campanillas, ese golpe metálico cuando pierdes la bola, alguien maldiciendo bajito en alemán junto a la mesa de Indiana Jones. Nuestro “guía”—más bien el técnico que mantiene vivas estas máquinas—se acercó cuando mi amigo atascó un botón. Lo arregló con un giro experto y nos contó que algunas máquinas son de los años 40. Probé una de 1947; era más lenta de lo que esperaba, casi suave. Las luces parpadeaban diferente que en las más modernas.
Al fondo hay un bar con refrescos fríos y patatas (pero no cerveza). Nos sentamos un rato viendo a los niños discutir por quién le tocaba en la máquina de la Familia Addams. A veces se pone ruidoso, pero no molesto—es como si todos compartiéramos juntos esta pequeña cápsula del tiempo. En un momento intenté decir “flipper” en húngaro (“flippergép” creo), y Li se rió tanto que casi se le cae la bebida. Con la entrada tienes juego ilimitado, así que nadie te apura; terminamos quedándonos mucho más de lo planeado.
Todavía recuerdo esa sensación—una mezcla de competencia y diversión absurda. No era lo que esperaba de una visita a un museo en Budapest, pero sin duda fue una de mis tardes favoritas allí.
El Museo del Pinball de Budapest cuenta con más de 160 máquinas jugables.
Sí, tu entrada incluye acceso sin hacer cola el día que elijas.
Sí, con tu entrada puedes jugar en cualquier máquina durante tu visita.
Hay un bar con snacks y bebidas sin alcohol dentro del museo.
El museo está en el centro, cerca de la Isla Margarita y la estación de tren Nyugati en Budapest.
Sí, es ideal para familias, aunque los niños menores de 14 deben ir acompañados por un adulto.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca del museo.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardiovasculares.
Tu día incluye todos los impuestos y la entrada para jugar ilimitadamente en todas las máquinas del Museo del Pinball de Budapest. La entrada sin colas evita esperas; solo tienes que presentarte el día elegido y jugar todo lo que quieras, con snacks y refrescos disponibles si necesitas un descanso entre partidas.
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