Verás el verdadero Roatán: pueblos pesqueros, barcos hundidos, artesanías hechas a mano y chocolate fresco—todo acompañado de historias de locales que conocen cada rincón de su isla.
Lo primero que noté al salir del puerto fue la brisa salada—cálida, pero sin ser agobiante. Nuestro guía, Luis, nos hizo señas para acercarnos a una van blanca con el aire acondicionado a todo volumen (gracias a Dios). Recorrimos Coxen Hole, donde niños con uniforme corrían alrededor del parque y los vendedores llamaban la atención desde sus puestos de frutas. Luis señaló un mural cerca de la iglesia—resultó que lo pintaron estudiantes locales el año pasado. Todo el lugar se sentía vivo, nada preparado para turistas.
Nos detuvimos en una pequeña joyería escondida entre dos casas. Adentro, María nos mostró cómo torcía alambre para hacer aretes mientras sonaba reggae antiguo en su radio. Compré una pulsera—me dijo que las conchas venían de West Bay. Hacia el este, pasamos junto a un naufragio oxidado medio hundido cerca de French Harbor. Los pelícanos se posaban en las barandillas como si fueran dueños del lugar. Luis compartió historias de piratas (algunas ciertas, otras quizás no) e incluso señaló la tienda de su primo mientras pasábamos.
Más tarde, entramos a un pequeño taller de chocolate. Se podía oler el cacao tostado antes de entrar. Nos dejaron probar chocolate caliente recién molido—honestamente, nada que ver con lo que encuentras en casa. Si quieres añadir algo más aventurero—como sostener un perezoso o deslizarte entre los árboles—solo pídeselo a tu conductor. Lo arreglarán al instante.
¡Por supuesto! La ruta es tranquila y nuestros guías están acostumbrados a familias—hay espacio para cochecitos y muchas cosas que mantendrán a los niños entretenidos.
¡Sí! Solo dile a tu conductor lo que te gustaría hacer—snorkel, encuentros con animales, tirolesa—y te ayudarán a organizarlo en el momento.
La excursión suele durar unas 4 horas y siempre te regresa a tu barco con tiempo de sobra. Estamos pendientes de los horarios de los cruceros.
Incluye traslados ida y vuelta en una van con aire acondicionado desde tu puerto de cruceros (ya sea Puerto de Roatán o Mahogany Bay), además de un guía local bilingüe que conoce todos los atajos y relatos. Las paradas incluyen oportunidades para fotos en Coxen Hole y French Harbor, visitas a tiendas y talleres, y la posibilidad de añadir actividades extra si lo deseas.
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