Conoce de cerca perezosos rescatados y monos traviesos en las verdes colinas de Roatán, prueba chocolate fresco y pasteles de ron hechos en la isla con guías locales. Termina el día flotando en las aguas cristalinas de West Bay o simplemente tomando el sol — una mezcla fácil de naturaleza, dulces y playa que te queda grabada.
Ya estábamos casi arriba de la colina cuando me di cuenta de lo verde que es Roatán — todos los tonos que puedas imaginar, envueltos en ese aire denso y dulce. Nuestro guía, Luis, no paraba de señalar detalles que yo ni veía: pequeñas orquídeas agarradas a las ramas, o cómo cambia la brisa justo antes de que llueva. Al llegar a la cima, la vista te sorprende de golpe — mar por todos lados, tiendas con hamacas de colores moviéndose al viento. Intenté regatear por un perezoso tallado (no fue mi mejor intento), pero la señora que los vendía se rió y me corrigió para que dijera “buenos días” bien. Igual lo dije mal.
Después fuimos al santuario de animales — la verdad pensé que me pondría nervioso sosteniendo un perezoso, pero son tan suaves que da risa. Su pelaje huele a heno tibio después de la lluvia. Los monos eran más ruidosos de lo que esperaba (uno intentó robarme las gafas), y también había guacamayas — destellos rojos y azules volando cada vez que alguien movía una bolsa de snacks. Luis nos contó sobre el rescate que hacen aquí; se notaba que le importaba de verdad. Eso me quedó grabado más de lo que pensé.
Luego llegamos a un lugar pequeñito de chocolate donde todo olía a cacao tostado y azúcar derritiéndose sobre metal caliente. Aprendí cómo muelen el cacao a mano — todavía me duelen los brazos solo de pensarlo — y probamos pedazos que crujían al morderlos. Después vino la degustación de pasteles de ron en un sitio con vista al mar; el de plátano fue mi favorito, aunque después de tres muestras todo se volvió una dulce mezcla. Nos tomamos fotos junto al gran letrero de Roatán (los colores son aún más vivos en persona) antes de bajar a la playa West Bay.
No soy muy de nadar, pero ni yo pude resistirme a ese agua — clara como cristal y tan cálida que se te olvida el tiempo. Algunos hicieron snorkel; yo solo floté y escuché a niños gritando en español desde la arena. El sol se sentía distinto aquí, más suave tal vez. En fin, si buscas una excursión desde el puerto con animales, chocolate, pasteles de ron y playa, esta te va a sorprender más de lo que imaginas.
La duración total incluye traslados y tiempo en la playa; depende del horario del barco, pero cuenta con casi todo el día.
Sí, el tour incluye recogida en el puerto de cruceros.
Sí, el transporte es accesible para sillas de ruedas y apto para cochecitos o carriolas.
Verás perezosos, monos, guacamayas y otros animales locales en el santuario.
Disfrutarás degustaciones en la fábrica de chocolate y en la tienda de pasteles de ron; el almuerzo no está incluido pero puedes comprar comida en West Bay.
Sí, tendrás tiempo libre para nadar o hacer snorkel en West Bay durante la visita.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; hay asientos especiales para bebés si se necesitan.
Puedes comprar en tiendas locales cerca del mirador y en algunas paradas del recorrido.
Tu día incluye transporte desde el puerto en vehículo con aire acondicionado y todas las entradas; visitas guiadas para conocer perezosos y monos; degustaciones en fábrica de chocolate y tienda de pasteles de ron; y tiempo libre para nadar o relajarte en West Bay antes de regresar cómodo a tu barco.
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