Sal de Puerto Cortés sin complicaciones: solo baja y tu traslado privado te espera. Disfruta un viaje con aire acondicionado, conductor que habla inglés, seguimiento de vuelo y ayuda con las maletas. Hay espacio para todos (y sus equipajes), más pequeños detalles que hacen que despedirse sea sencillo, aunque no tengas ganas de irte aún.
El coche ya nos esperaba afuera del hotel en Puerto Cortés cuando bajamos, con las maletas en mano y el café aún a medio tomar. Nuestro conductor—Carlos, creo—tenía un cartelito con mi nombre, algo que se sentía raro de lo oficial para alguien que justo había pasado la última hora peleando con cremalleras. Sonrió y nos hizo señas para acercarnos, luego ayudó con las maletas como si lo hiciera mil veces (seguro que sí). El aire de la mañana olía un poco a sal, no exactamente a brisa marina, pero lo justo para notarlo al irnos.
Intenté hablar en español al principio—él cambió al inglés después de mi tercer intento con “aeropuerto,” pero lo hizo con mucha amabilidad, sin problema. El camino fuera de Puerto Cortés fue más tranquilo de lo que esperaba; solo el zumbido del aire acondicionado y algún que otro claxon al pasar por el pueblo. Carlos me señaló una panadería que le gusta (“el pan de coco es lo mejor aquí,” dijo), y me lo apunté mentalmente aunque íbamos directo al aeropuerto La Mesa de San Pedro Sula y no a desayunar. La carretera se abrió después—nada especial, solo campos y camiones pasando—pero hay algo relajante en ver cómo tus preocupaciones se quedan atrás en el retrovisor.
No hablamos mucho después, y la verdad me vino bien—estaba medio nervioso por perder el vuelo (él lo seguía en su teléfono, así que eso ya estaba cubierto). En un momento me fijé en lo limpio que estaba el coche—de verdad muy limpio—y me pregunté si todos los traslados privados de Puerto Cortés a SAP son así de fluidos o si tuvimos suerte hoy. De cualquier forma, había espacio para todas nuestras maletas (y más), y Carlos hasta tenía un asiento para bebé listo aunque no lo necesitábamos. Nos entregó las maletas en la acera del aeropuerto con un rápido “buen viaje.” Fue casi demasiado fácil, pero en el mejor sentido.
El viaje suele tomar entre 1.5 y 2 horas, según el tráfico.
Sí, la recogida en tu hotel de Puerto Cortés está incluida en el traslado privado.
Sí, se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
Sí, los conductores hablan inglés y español.
El vehículo tiene capacidad para hasta 8 pasajeros y 8 maletas; además, hay sujetadores para equipo deportivo.
Sí, el conductor te esperará en tu hotel con un cartel con tu nombre a la hora acordada.
Sí, se permiten animales de servicio y los bebés pueden ir en cochecito o carriola.
Tu viaje incluye transporte privado desde cualquier hotel en Puerto Cortés directo al Aeropuerto La Mesa de San Pedro Sula (SAP), vehículo con aire acondicionado para tu comodidad, ayuda con las maletas en ambos extremos, seguimiento del vuelo por parte del conductor para que no te preocupes por el horario, y asientos para bebés si los pides con anticipación—todo a cargo de conductores amables que hablan inglés y español según necesites.
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