Recorrerás en ATV senderos volcánicos salvajes cerca del Pacaya, con paradas para admirar la Laguna Calderas y tres volcanes más, guiado por un local. Prepárate para campos de lava llenos de baches, momentos tranquilos en pueblos, snacks para recargar energías y muchas historias para contar.
Lo primero que noté fue el crujido de la grava volcánica bajo mis botas, un sonido un poco áspero, como pisar pan tostado quemado. Acabábamos de bajarnos de los ATV para un descanso rápido junto a la Laguna Calderas, y la verdad, todavía sentía la adrenalina del paseo. Nuestro guía, Luis, sonreía mientras repartía Gatorade y señalaba al otro lado de la laguna, donde el Fuego soltaba una línea de humo perezosa. “Ese suele ser más ruidoso,” bromeó. El aire tenía un leve olor metálico, como lluvia sobre piedra caliente, y había una calma extraña aunque mi corazón seguía acelerado por el último tramo off-road.
No soy un experto en ATV (mis manos estaban rígidas de apretar demasiado), pero los senderos alrededor del volcán Pacaya son una locura, en el mejor sentido. Un momento estábamos zigzagueando entre un bosque verde y enredado, con ramas golpeando nuestros cascos; al siguiente, aparecíamos en una arena negra que parecía de otro planeta. Hay un tramo donde se pasa justo sobre antiguas coladas de lava petrificada, lleno de baches pero adictivo. Luis nos detuvo en un punto desde donde se veían también los volcanes Agua y Acatenango, los tres imponentes, como dueños del lugar. Nos contó historias de erupciones y de familias que viven en la base; intenté repetir el nombre de un pueblo en español y lo arruiné totalmente. Se rió, pero no le importó.
Lo que más me sorprendió fue la parte por la finca privada. Allí todo era más tranquilo, solo el viento y el canto lejano de los pájaros, y se siente lo suave que se vuelve la arena volcánica bajo las ruedas. Pasamos por casas donde los vecinos saludaban desde sus patios (un niño hizo un medio saludo tímido que me sacó una sonrisa). La pausa para comer fue sencilla: sándwiches, galletas, chocolate, pero después de tanto polvo y adrenalina, supo a gloria. No dejaba de pensar en lo rápido que cambia el clima aquí arriba; un momento sol, al siguiente niebla cubriendo todo.
En realidad no entramos al Parque Nacional San Vicente Pacaya (Luis explicó que es para evitar las rutas más concurridas), pero no lo extrañé. El día se sintió auténtico y puro, solo nosotros, las máquinas y esos volcanes gigantes que dominan el paisaje. Todavía recuerdo esa vista sobre la Laguna Calderas cuando el ruido de la ciudad me abruma.
No, la recogida es en la oficina del tour en Antigua; el transporte terrestre está incluido desde ahí.
Sí, se requiere una licencia de conducir válida para manejar tu propio ATV durante el tour.
No, este tour en ATV no ingresa al Parque Nacional San Vicente Pacaya; explora las zonas aledañas.
Sí, incluyen agua, Gatorade, chocolate, galletas, papas fritas y un sándwich como snacks.
El terreno es moderadamente desafiante con senderos off-road; se recomienda algo de condición física.
Los jóvenes con licencia válida pueden conducir su ATV, pero deben reservar como adultos.
Se recomienda usar zapatos cerrados por el terreno accidentado; evita sandalias.
Tu día incluye transporte terrestre ida y vuelta desde Antigua a San Vicente Pacaya, uso de un ATV con entradas incluidas, guía local bilingüe en todos los senderos y fincas cerca del volcán Pacaya (no dentro del parque nacional), y muchos snacks como agua, Gatorade, barras de chocolate, galletas, papas fritas y sándwiches para el camino antes de regresar cómodo.
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