Te recogen en tu alojamiento en Antigua o El Paredon (sin buscar paradas de bus), compartís risas con otros viajeros, ves momentos auténticos de la vida guatemalteca por la ventana y llegás a pasos de tu próxima aventura — sin preocuparte por direcciones ni conexiones.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente dejar atrás las mañanas frescas de Antigua para acabar en El Paredon, donde el aire huele a sal y bloqueador solar? Yo no, la verdad, hasta que reservé este shuttle compartido. El conductor llegó justo frente a mi hostal — ni cinco minutos tarde, algo raro por aquí — y ya había dos viajeros en la van. Todos hicimos ese saludo tímido con la cabeza antes de acomodarnos. No paraba de asomarme por la ventana mientras zigzagueábamos por las calles angostas de Antigua, recogiendo a un tipo que claramente acababa de despertar (aún llevaba su taza de café en la mano). Los sonidos de la ciudad se fueron apagando rápido al tomar la carretera abierta.
El viaje duró unas dos horas y media, pero no se sintió tan largo. Quizá fue porque nuestro conductor, Carlos, no paraba de señalar detalles que uno se pierde si va distraído — como un puesto vendiendo tamales envueltos en hoja de plátano o esos arbustos de buganvilias tan intensos que se desbordaban sobre muros de piedra vieja. En un momento bajó la velocidad para que viéramos a un grupo de niños corriendo descalzos por un camino polvoriento. Hubo un instante en que alguien pidió parar para ir al baño, y Carlos se rió y dijo “Claro que sí” — parecía conocer a todos los dueños de gasolineras entre Antigua y El Paredon. No era nada lujoso, pero se sentía muy relajado.
No esperaba que el aire cambiara tan rápido. Bajás la ventana después de una hora y ahí está: brisa cálida del mar mezclada con un aroma ahumado de una parrilla en la carretera (creo que alguien estaba haciendo pollo asado). Si llevás tabla de surf, ojo — cobran extra por eso. Un tipo llevaba la suya amarrada en el techo y bromeaba con que no se volara en los tramos más bacheados; Carlos solo sonrió y apretó las cuerdas él mismo. El último tramo se pone un poco rudo, pero de repente estás entrando a El Paredon y todo se vuelve más tranquilo, con ese ritmo pausado de pueblo playero.
Fuimos dejando a la gente de a uno — a veces justo en la puerta de su hostal, otras en una esquina de arena donde alguien nos hacía señas. No es nada glamoroso, pero me gustó lo personal que se sentía. Cuando bajé con arena pegada en las sandalias, me di cuenta de que hacía rato que no miraba el teléfono. Hay algo en ver pasar Guatemala por ventanas polvorientas que se queda contigo más tiempo del que pensás.
El shuttle compartido tarda aproximadamente 2.5 horas en cada trayecto entre Antigua y El Paredon.
Sí, la recogida puerta a puerta está incluida desde tu alojamiento en Antigua o El Paredon si das tu dirección al reservar.
Puedes llevar tabla de surf pagando un extra de $10; avísales al hacer la reserva.
Si no das dirección o nombre de hotel, te asignan un punto de recogida y te envían los detalles directamente.
Sí, los bebés son bienvenidos pero deben ir en el regazo de un adulto durante el viaje.
Tu viaje incluye recogida y bajada puerta a puerta entre Antigua y El Paredon—solo comparte los datos de tu hotel o hostal al reservar para que te recojan justo afuera. Si llevás equipo extra como tabla de surf hay un costo adicional; de lo contrario, solo subite y disfrutá del recorrido por los paisajes cambiantes de Guatemala.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?