Recorre los pueblos con cúpulas azules de Santorini con un guía local, sube al monte Profeta Elías para vistas panorámicas, explora las ruinas de Akrotiri y relájate en playas volcánicas como la Roja y Perivolos, con transporte privado y recogida en hotel para que todo sea fácil. Vive momentos auténticos que recordarás mucho después.
Para ser sincero, creía que ya conocía Santorini por todas las fotos que había visto: casas blancas, cúpulas azules, ese tipo de imágenes. Pero estar en Firostefani con nuestra guía (se llamaba María), viendo la iglesia de la Cúpula Azul de cerca... fue otra cosa. El aire olía a café y protector solar. María señalaba detalles que jamás habría notado, como cómo los locales pintan sus escaleras cada primavera antes de Semana Santa. Se rió cuando intenté pronunciar “caldera” bien. Es más difícil de lo que parece.
Después nos perdimos por Pyrgos, que tiene menos gente que Oia pero un encanto tranquilo que enamora. Un señor mayor vendía higos junto a la puerta del castillo, con las manos manchadas de púrpura por la fruta. Las piedras bajo nuestros pies estaban calientes por el sol y una brisa suave traía aromas de tomillo y polvo. La subida al monte Profeta Elías me sorprendió; no es alto para ser montaña, pero desde arriba se ve casi todo: playas negras que se curvan a lo largo de la costa, viñedos entre los pueblos. Nos quedamos un rato en silencio, simplemente contemplando.
Akrotiri era otro mundo: calles antiguas bajo techos de cristal, tan silencioso que podías escuchar tus pasos crujir en el suelo. Nuestra guía nos contó cómo vivían aquí hace miles de años, antes de que el volcán cambiara todo. Luego bajamos a la Playa Roja (las rocas son realmente de ese color) y terminamos en la playa de Perivolos, donde comimos en un chiringuito: pulpo a la parrilla y cerveza fría, con los pies en la arena negra. Si quieres nadar o quedarte horas viendo las olas, este es el lugar.
Sigo pensando en esas carreteras serpenteantes y en cómo cada esquina revelaba algo nuevo: una cúpula de iglesia aquí, un destello de buganvilla allá. Santorini es famosa por sus vistas, pero para mí fueron esos pequeños momentos —el sabor del aire salado, las historias de María— los que realmente se quedaron grabados.
No hay una duración exacta, pero normalmente estos tours duran entre 5 y 6 horas según las paradas y el ritmo.
Sí, la recogida en hotel o Airbnb está incluida en cualquier punto de Santorini; los viajeros de crucero se encuentran en la cima del teleférico.
La descripción no especifica si las entradas están incluidas; consulta con el proveedor para confirmarlo o si se pagan en el lugar.
Sí, bebés y niños pequeños pueden unirse; hay asientos especiales para bebés y se permiten cochecitos.
Puedes quedarte más tiempo en Perivolos para nadar o comer en un chiringuito si lo deseas.
La visita a Santo Wines es opcional; puedes añadirla para degustar vinos y aprender sobre la elaboración.
Principalmente el tour es en inglés; consulta la disponibilidad de otros idiomas al reservar.
Tu día incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado y agua mineral durante todo el recorrido. Contarás con comentarios en vivo de tu guía-conductor, quien se encarga de toda la logística, incluida la recogida en hotel o puerto de cruceros (o punto de encuentro si es necesario). Hay asientos para bebés disponibles y podrás disfrutar el tour a tu ritmo, ya que solo participa tu grupo.
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