Si buscas la auténtica vida montañesa cretense—senderos tranquilos, snacks locales y gargantas verdes salvajes—esta ruta circular es para ti. Disfrutarás del aire puro, las historias de tu guía y mucho tiempo para empaparte de esas vistas sin prisas.
Lo primero que noté al salir en el Valle de Omalos fue el fresco aire de montaña—aunque sea finales de primavera, querrás llevar una chaqueta ligera. Nuestro guía, Manolis, nos recibió con una sonrisa y un termo de café griego bien cargado. Antes de empezar, nos metimos en una pequeña cafetería al borde del camino para probar la pita sfakiana bañada en miel. El aroma de la masa caliente mezclado con hierbas silvestres de la colina—la verdad, es difícil de olvidar.
Comenzamos la caminata cerca de Agioi Thodori, siguiendo la antigua Vasiliki Strata—el camino veneciano—piedras pulidas por siglos de pasos. Cipreses y robles bordeaban el sendero, sus hojas susurrando sobre nosotros mientras cerca sonaba perezosamente el cencerro de una cabra. La garganta de Fygou parecía casi un secreto; la luz del sol apenas se colaba entre el espeso dosel. Hicimos muchas paradas—a veces solo para escuchar el río abajo o tomar fotos cuando la vista se abría hacia los picos de Samaria.
Al pasar por el tranquilo pueblo de Fygou, percibí el olor a leña saliendo de una chimenea—alguien debía estar preparando el almuerzo. La subida por la garganta de Agia Irini fue suave pero constante, con viejos olivos retorciéndose a lo largo de las orillas y agua clara corriendo sobre piedras lisas. Manolis nos señaló hierbas silvestres junto al camino—dittany y salvia—que los locales aún usan para hacer té. Cuando cerramos el círculo y regresamos al punto de partida por la Vasiliki Strata, mis piernas estaban cansadas pero la mente despejada. En total son unas 4-5 horas, pero la verdad es que no se siente tan largo con tanto para ver (y probar) en el camino.
La ruta es fácil a moderada—ideal para cualquiera con condición física media que disfrute caminar varias horas por terreno irregular.
Harás una pausa para probar la pita sfakiana con miel y café en un lugar local antes de empezar.
Lo mejor son zapatos cómodos con buen agarre; lleva ropa por capas porque el clima en la montaña puede cambiar rápido.
Esta excursión no se recomienda para personas con problemas de columna o enfermedades cardíacas graves—es mejor si estás razonablemente activo.
Tu transporte privado está organizado ida y vuelta. Un guía de montaña te acompaña en todo momento (y lleva un teléfono satelital para seguridad). ¡También incluye parada para snacks locales!
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?