Explorarás las ruinas antiguas de Nemea, caminarás por donde una vez corrieron los atletas y luego conocerás a los productores locales para degustar vinos acompañados de queso y palitos de pan—todo en una sencilla excursión de un día desde Nafplio.
El aire de la mañana en Nafplio se sentía fresco cuando nos reunimos con nuestro pequeño grupo cerca del antiguo puerto. Nuestro conductor nos saludó con una sonrisa rápida—conocía el mejor atajo para salir de la ciudad, serpenteando entre naranjos que aún desprendían un dulce aroma, incluso a principios de primavera. El camino a Nemea no es largo, pero notarás cómo el paisaje cambia rápido: los olivos dan paso a interminables hileras de viñas, algunas ya cargadas de hojas.
Nuestra primera parada fue el yacimiento arqueológico de Nemea. Al caminar por el santuario dedicado a Zeus, casi podía imaginar a los antiguos atletas calentando para los juegos—nuestro guía señaló unas marcas tenues en las piedras del estadio donde los corredores esperaban su señal. Hay un silencio especial aquí, roto solo por el canto de los pájaros y algún grito ocasional de un grupo escolar. El museo cercano es pequeño pero está lleno de artefactos; me detuve ante un casco de bronce desgastado mientras nuestro guía explicaba cómo la leyenda de Hércules está ligada a este valle.
Luego llegó lo que la mayoría esperábamos: la degustación de vinos en bodegas en plena actividad. Visitamos dos fincas familiares—una tenía un perro viejo dormitando junto a la puerta, otra nos ofreció palitos de pan frescos y queso local antes de servirnos la primera copa. Los enólogos nos explicaron cómo las uvas Agiorgitiko prosperan en este suelo; nunca había probado Moschofilero, pero sus notas florales me sorprendieron. Aquí no hay prisa—solo buena conversación y tiempo para preguntar sobre las cosechas o qué botella marida mejor con feta. A media tarde, ya habíamos intercambiado historias con los dueños y comprado un par de botellas para llevar a casa.
El regreso fue tranquilo—todos un poco somnolientos, tal vez por el vino o simplemente por el sol que entraba por las ventanas de la furgoneta. Llegamos a Nafplio justo cuando las tiendas volvían a abrir para el comercio nocturno, con los brazos llenos de recuerdos y la cabeza llena de nuevos sabores y viejos mitos.
¡Por supuesto! Los guías y enólogos explican todo con claridad—no necesitas conocimientos previos sobre vinos griegos para disfrutarla.
Sí, los niños pueden participar siempre que estén acompañados por un adulto. Sin embargo, solo los mayores de 18 años pueden probar los vinos.
La excursión se realiza con lluvia o sol. Si las condiciones climáticas son realmente inseguras, te ofrecerán otra fecha o un reembolso completo.
El grupo es pequeño—se requiere un mínimo de dos participantes para que la experiencia siempre sea personalizada.
Tu día incluye recogida y regreso en Nafplio, todo el transporte entre los sitios, entradas tanto al yacimiento arqueológico de Nemea como a las bodegas, catas guiadas (con queso y palitos de pan), además de un conductor de habla inglesa. Todos los impuestos están incluidos—solo trae tu curiosidad (y quizá una bolsa extra para el vino).
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